Cuando el ajo todavía vuela bajo
Tras el éxito de la feria, deporte, música y devoción toman el testigo el fin de semana.
La semana grande de Veguellina culmina con sus tradicionales fiestas en honor a la Virgen del Carmen, tres días quizá más recogidos que los anteriores donde fe, devoción y tradición van de la mano mientras el olor a ajo se desvanece en presencia, que no en memoria. De nuevo éxito de comerciantes, visitantes y lo que más importa, éxito de ventas. Como suele ser habitual gran parte de los puestos se quedaron sin existencias a las pocas horas de inaugurarse la feria.
El deporte copa casi todo el protagonismo de la primera jornada festiva que dará comienzo mañana gracias al torneo de tenis de mesa, al que le seguirá el de Street Ball 3x3 para concluir con la carrera popular en memoria de Óscar Pollán —el deportista que falleció en las montañas del Bierzo hace ya tres años—. La cita, como es habitual, transcurrirá por diferentes calles de la localidad leonesa.
La antigua Obra Social de Caja España acogerá la novena edición del festival de rabel leonés, un antiguo instrumento musical de cuerda frotada, de uso popular en la península Ibérica desde la Edad Media por lo menos, y que está emparentado con instrumentos similares de origen árabe y europeo. La noche quedará amenizada por la orquesta Hollywood, natural de Cantabria.
Ya el domingo la Banda Sones del Órbigo actuará por partida doble, primero como pasacalles que dé los buenos días desde las 10.00 horas y a las 13.00 —tras la celebración eucarística— acompañando a la procesión. Por la tarde tendrá lugar el tradicional partido de fútbol entre Veguellina Pueblo y Veguellina Estación, para cerrar de nuevo con música, en esta ocasión merced a la orquesta Impacto y sus temas de ayer y hoy.
Por último, el lunes aguarda impaciente el tercer torneo de parchís y los juegos infantiles, ambos preparados para disputarse en la Plaza de España. La orquesta Radar y el sorteo de un Quad 110cc pondrán el broche final a las fiestas del Carmen de este año.
Además, dentro de la quinta edición de Poesía a orillas del Órbigo, hoy le toca el turno al poeta, editor y fotógrafo Rafael Saravia, nacido en Málaga pero residente en León desde que era pequeño. Es fundador del Club Leteo y tiene publicados los poemarios Pequeñas conversaciones (Leteo, 2001; Amargord, 2009), Desprovisto de Esencias (Renacimiento, 2008) y Llorar lo alegre (Bartleby, 2011).
Por si fuera poco, como colofón a un mes de julio cargado de actividades, el próximo día 28 dará comienzo el Carmencita Festival con Lüger, Grises, Rusos Blancos y Género Chico en cartel. Un festival gratuito que ha sabido hacerse un hueco en el panorama musical leonés a base de esfuerzo y talento.