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La falta de planificación agrava la escasez de agua en los regadíos del Luna

Las opas critican que no se optara por cultivos alternativos ni por el barbecho.

Las plantas de maíz están muy bajas en muchas parcelas del Canal del Páramo.

Publicado por
A. Domingo | Redacción
León

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Los organizaciones profesionales agrarias (opas) Asaja, Ugal-UPA y UCCL coincidieron consideran que una planificación de la campaña de riegos en la zona que se abastece del embalse de Los Barrios de Luna hubiera paliado la escasez de agua que viven ahora las comunidades de regantes y que podrían dar al traste con una importante volumen de la cosecha de maíz y afectar a otros cultivos, como el de la remolacha y las patatas.

Si bien el Sindicato Central de Regantes del Embalse de los Barrios de Luna señalaba la semana pasada que, en el peor de los casos, las pérdidas del maíz podrían suponer entre un 30 y un 40% de la cosecha, las opas no se aventuraron ayer a dar a cifras ante la posibilidad de que la climatología mejore las expectativas. En cualquier caso, estiman que el sindicato central debería haber aplicado medidas para evitar una situación como la que se vive ahora, más cuando la falta de precipitaciones en invierno apuntaba a una compleja campaña. Los responsables de los sindicatos agrarios criticaron que no se impusiera la siembra de otros cultivos que precisen menos cantidad de agua, así como que se sembrara la totalidad de la superficie de regadío.

El secretario general de Asaja-León, José Antonio Turrado, manifestó recordó ayer «la capacidad de los sindicatos centrales para sancionar» cuando no se siguen sus indicaciones. Turrado manifestó su convicción en que las comunidades de regantes «deberían tener definidos los mecanismos para la toma de decisiones en años como este» y haber tomado decisiones «en abril o mayo» para «imponer las superficies que se cultivarán. Pero es necesario diseñar el plan antes de que llegue el año seco y sancionar si no se cumplen las medidas impuestas».

El responsable de Asaja estima que Los Barrios de Luna y Villameca «van a representar los problemas serios de agua en la provincia en los próximos años, mientras no se desarrollen nuevas áreas de cultivo en el Porma y Riaño».

Por su parte, el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, apunta que en la zona que depende del Luna peligran la patata, la remolacha y el maíz. Aunque no apunta que porcentaje de la cosecha del último que podría verse afectada —«dependerá del tiempo y de los ciclos que hayan sembrado y cuándo los agricultores», dijo—, subraya que 45.000 de las 68.000 hectáreas de este cultivo en la provincia se encuentran en el Páramo, por lo que las consecuencias de la sequía serán muy graves si se cumplen las peores previsiones. «Lo cierto es que va a haber unas pérdidas importantes. No se ha planificado la campaña y se ha jugado con el agua, que es sagrada», aseguró Llorente, que anuncia la salvación del año para los agricultores que, ante la escasez, han optaron por el girasol.

El secretario general de Ugal señaló el inconveniente de que el nuevo año hidrológico deberá «comenzar de cero» en el Luna, al dejar la reserva en 20 hectómetros cúbicos y abogó por una gestión de las comunidades de regantes que permita «ahorrar agua para el siguiente año para asegurar un 40 o un 50% de las reservas. Prefiero desembalsar en marzo que hacer rogativas en mayo». Llorente afirmó que no se ha producido «una buena planificación de las campañas», en el pasado, lo que atribuye «a las experiencias de incumplimientos de unos y otros, que han generado desconfianza».

«Se sembró el 100% porque dijeron que la primavera arreglaba el embalse. Pero luego llegó este calor, con mucha evaporación por las altas temperaturas», condiciones en las que «es muy complicado sacar adelante un 80% del regadío sembrado de maíz».

«Habrá tres riegos»

Su homólogo de la UCCL, Juancho Rodríguez, recordó la petición se su organización «de que parte del terreno se dejara sin sembrar porque no había capacidad para atender las 52.000 hectáreas que dependen del embalse, en comunidades como la del Canal del Páramo que, por su entramado de cauces, sufre muchas pérdidas de agua. Sembrar todo fue jugar a las chapas. Ahora aprieta el calor y en Santa María sabemos que, como mucho, habrá para tres riegos».

Rodríguez considera que el daño «ya está hecho», al haber crecido la planta entre 60 y 70 centímetros y haber espigado. «La pérdida es brutal, advertimos de lo que iba a suceder y tuvimos tiempo de arreglarlo».

Ante el panorama, Rodríguez pidió ayudas del Ministerio de Agricultura y de la Junta «ante las inversiones importantes que hay en la zona» y abogó por las modernizaciones de regadíos para afrontar los años de carestía.