castrillo de los polvazares
Fomento renuncia a las mejoras en la iglesia por falta de crédito
El Obispado estudia varias ofertas para arreglar las cubiertas.
La consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha renunciado al contrato de la obra de rehabilitación de las cubiertas de la iglesia de Castrillo de los Polvazares, según publicó el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) el viernes 13 de julio. Tal y como recoge la renuncia, con fecha del 12 de junio de este año, «teniendo en cuenta las previsiones presupuestarias de la administración no existirá crédito disponible para poder llevar a cabo la ejecución de la obra licitada».
Cabe recordar que los trabajos salieron a licitación en octubre de 2010 por un importe que superaba los 387.000 euros y que el plazo para la ejecución de la obra era de cuatro meses. Sin embargo este proyecto que proponía la demolición y sustitución íntegra de toda la cobertura de la teja y su entablado y de la estructura de la madera de la cubierta de la iglesia parroquial por otra de tipologías constructivas y estructurales idénticas a la original, así como la impermeabilización de la estructura tendrá que reducirse considerablemente. Así lo explicó ayer el sacerdote de Castrillo de los Polvazares, Elías Vecino, quien confirmó que «el Obispado baraja varias ofertas para poder ejecutar los trabajos más urgentes, por lo que la rehabilitación del interior del templo tendrá que esperar». El párroco explicó que «las goteras afloran en los tejados de las naves laterales, por ello está será la obra que más rápido se lleve a cabo».
No obstante, Vecino desconoce cuando comenzará la rehabilitación de la cubierta, «aunque el planteamiento inicial es que estén terminadas antes de que finalice el verano». Aún así todavía no se ha concretado nada. Por su parte, el sacerdote aseguró que «el volumen económico de los trabajos se reducirá notablemente, pues se irán llevando a cabo en las medida de las posibilidades».
La iglesia ocupa una planta de 455 metros cuadrados y data de mediados del siglo XVIII. En sus veinte años al frente del templo, Elías Vecino no ha sido testigo de ninguna mejora, aunque reconoce que las deficiencias en las cubiertas consiste en que la teja está muy deteriorada y filtra agua hacía en interior.