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León

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Custodio L., jubilado de la mina de 78 años, es el héroe del triste suceso que destruyó su casa en Canales. Él fue quien se despertó al oir ruidos y quien logró avisar a las otras cuatro personas de la casa antes que las llamas devoraran todo el interior del edificio. Según sus vecinos, el hombre lamentaba el estado de su vivienda, de la que dijo «tengo que rehabilitarla como sea, esta casa es mi vida». Su hermano, copropietario, construyó un chalet al lado tras toda una vida de trabajo en el País Vasco. Sus jardines estaban inmaculados, al igual que la hiedra que caracterizaba la fachada de la casa familiar que ahora es prácticamente escombros.

En Canales, a pesar del susto, nadie se sorprende del trágico siniestro, ya que la Guardia Civil había sido alertada en varias ocasiones en las últimas semanas por las amenzas de muerte que el ahora detenido profirió contra la mayoría de vecinos de Somata. Varias personas le habían pedido que «se tranquilizara y que tomara su medicación». El caso más grave ocurrió cuando esgrimió un hacha, aunque también lanzó una barra de hierro a la casa vecina, ‘quemó’ el timbre de un ex comisario instándole a que bajara que «le iba a matar», recuerdan, e incluso se presentó en la casa de Custodio, cuando cenaba con los niños, en un estado alterado, porque, al parecer, se había sugestionado con la idea de que habían hecho daño a su hija (que está sana y vive en León).

Por eso, los vecinos temen que Vidal regrese y pueda ocasionar nuevos incidentes. De ahí su exigencia para que alguna institución se haga cargo de que tome su medicación y no constituya un peligro para sí mismo y para los demás. El coste de la actuación de los Bomberos asciende a 1.500 euros.