Miguel Ángel Revilla. ex presidente de cantabria
«Por el camino del recorte y la tijera tenemos recesión para otros tres años»
El ex presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, estará el viernes, 17 de agosto, en Pajares de los Oteros para ser el pregonero de la Feria del Vino que durante el fin de semana se celebrará en la localidad. Muy relacionado con la provincia de León, al estar casado con la berciana Aurora Díaz Abella, se confiesa amante de los buenos productos de la provincia.
Revilla repasa en esta entrevista su predilección por los productos autóctonos y sus recetas para salir de la crisis, muy alejadas de las del Gobierno.
—Supongo que usted que nació en un pequeño pueblo de los Picos de Europa y además ha sido un férreo defensor de los productos de su tierra, no habrá tenido muchos problemas en aceptar pregonar la Feria del Vino de otra pequeña localidad como Pajares de los Oteros?
—Me llena de satisfacción. A veces no he ido a ciudades grandes. Pero, sin embargo, cuando me han invitado de algún pueblín pequeño, ahí acudo. El año pasado fui pregonero de un pueblo que tenía 4 habitantes, pero es que se llamaba Revilla, en Palencia. Así que me gusta mucho porque a veces hacer feliz a la gente es tan fácil... En lo posible acepto todas las invitaciones porque soy un defensor a ultranza de las tradiciones, de la cultura popular, del fomento de los productos autóctonos... Y León es un paraíso. Hablar de León es hablar de calidad de productos. El botillo, las frutas y los vinos del Bierzo y el vino prieto picudo que me tomo siempre cuando vengo de casa de mi suegra que paro a comer en la Bodega del Cura de Valdevimbre.
—Osea que ya conoce los caldos Tierra de León.
—Hombre, soy un bebedor de ese vino.
—¿Cree que los productos locales pueden ser también una buena aportación a las economías locales?
—Efectivamente. Digo en el libro que he escrito que hemos abandonado la economía real y la hemos convertido en virtual, de moneda, de especuladores. La economía real toda la vida fue y tendrá que volver a ser el autoconsumo en las zonas que han sido abandonadas, de los productos que, por otra parte, son muchísimo mejores que los comercializados en grandes cantidades. Vamos, no se puede comparar un roquefort del que tiran millones de toneladas con un queso tresviso que está curado en la cueva durante dos años y que solamente hacen 20.000 kilos. Y, ¿cómo se pueden comparar esos vinos que se hacen a granel con una bodega artesanal en la que se hace un vino por los métodos tradicionales de una uva autóctona? Tenemos que revalorizar esas producciones y que se pague por ellas lo que valen. Lo bueno va a tener siempre salida, lo que pasa es que no se ha hecho una publicidad adecuada. Por eso voy encantado a Pajares de los Oteros porque veo que están relanzando unas producciones autóctonas que son las que dieron de comer y de vivir a muchísima gente.
—Parece que en estos tiempos de crisis es, precisamente, el medio rural el que mejor la sobrelleva.
—Claro. Uno de los grandes problemas de la economía es lo que se originó en España en los años sesenta de emigración y de abandono de las zonas rurales. Eso fue un desastre sin ningún tipo de planificación. Entonces la consigna era: todos a Madrid, todos a Bilbao, todos a Barcelona, todos a Valencia... En Cantabria también. Todos a Santander, todos a Torrelavega. Y resulta que hemos abandonado las zonas rurales donde la gente tenía sus huertos, sus gallinas, sus cerdos, su cabras, sus ovejas, donde hacían sus quesos. Era una economía que, desde luego, evitaba el hambre. Eso de entrada. Según Unicef, hay más de dos millones de niños en España mal nutridos. Eso es imperdonable. Lo que pasa que estamos en manos de esa economía virtual, de esas grandes multinacionales. Hay que volver a recuperar las producciones que de verdad son reales. Porque eso es cultura con mayúsculas. La gastronomía también. Es fijar a la población al medio donde nació. Casi nadie se quiere ir de donde ha nacido si tiene alguna perspectiva de vida. Pero si no hay consultorios, ni escuelas, ni carreteras, la gente se va. Pero ahora, con la crisis, hay mucha que va a tener que volver a las zonas rurales y a volver a producir, al menos, para que no pasemos hambre.
—Yendo a temas más generales, ¿qué le parece la intención del Gobierno de suprimir las juntas vecinales tan numerosas en la provincia de León y en todo el norte de España?
—Es un atropello. No creo que se atrevan a hacerlo. Eso no supone nada. Ahí no está el tema. El problema está en un Senado inútil, en diputaciones..., pero no en las juntas vecinales que es el primer contacto del vecino con un cierto poder que él mismo se otorga. Cantabria tiene 560 juntas vecinales. Y yo, que nací en un valle que tiene 9 pueblos, cada uno tenía su junta vecinal. Es el primer poder que existe al lado del ciudadano. Eso es lo que no se puede quitar. Las juntas vecinales no son el problema de España. Para nada. Al revés. Eso es lo que hay que mantener como una tradición que lleva cientos de años y que ha funcionado a la perfección. Apañados estaríamos si hubiéramos tenido que depender del centralismo de Madrid para que vinieran a hacer una fuente o canalizar el agua de un pueblo.
—¿Y la supresión del 30% delos concejales?
—Como medida de propaganda, vale. Pero si la mayoría no cobran. Si eso no vale nada. Si eso es cero. Lo que pasa es que es un buen titular.
—¿Y la corriente cada vez más extendida de que las Comunidades Autónomas devuelvan competencias al Estado?
—Es otro tema igual. Además están adoctrinando a la población para que las autonomías pierdan su poder. Naturalmente que nos hemos desmadrado todos. Pero la autonomía como filosofía es el modelo que quieren en Estados Unidos, en Alemania, en Austria. En los países ricos se funciona de esa manera. El mayor problema no está en las autonomías. Voy a poner un ejemplo. Transferida la Sanidad a las autonomías, yo voy a Madrid y sigo viendo el Ministerio de Sanidad con los mismos empleados y los mismos edificios. Si tu transfieres el servicio, transfiere a la gente y cierra lo otro. Fomento tiene en La Castellana un edificio que cabe todo Cantabria. Acercar el poder a los ciudadanos es siempre positivo. Otra cosa es que se haga mal. Yo sólo puedo decir una cosa. En el año 1980, Cantabria estaba en el 70% de la renta media de Europa. Hoy estamos en el 102%. A mi cómo me van a decir que la autonomía ha funcionado mal.
—Parece que las diputaciones no le convencen.
—A mi no. En Cantabria no hay. No sé ni cómo funcionan. Me parece que no hay ni elecciones, ¿no? Claro, a los grandes partidos les interesará tener ahí a la gente colocada. Digo yo.
—Usted siempre ha defendido que de la crisis se sale con más inversión pública.
—Yo garantizo que si no cambia el rumbo de la política económica, el año que viene estaremos mucho peor de lo que estamos este. Y al siguiente, peor. Yo que he estado dando clase de economía en la Universidad de Cantabria, el primer día se explicaba que el motor de la economía es la capacidad de demanda. Si no hay capacidad de demanda, no hay producción, Si no hay producción no hay empleo. Luego, si ahora mismo lo único que se está haciendo en España es subir impuestos, y recortar sueltos, y nadie hace nada productivo, y se han parado todas las carreteras y la inversión pública y no haya nada en positivo, nada más que tijera, la recesión está garantizada. ¿Por qué la Unión Europea no vuelve a rescatar los fondos de cohesión para echar una mano a este país, a Italia, a Grecia... a los que tenemos problemas? Y en vez de 100.000 millones a los bancos, los destinen para seguir con las carreteras y los trenes, para poner en marcha las energías renovables en España que sustituyan la factura de los 40.000 millones de petróleo que pagamos. Pero si no se hace eso, está el paro garantizado. Yo no le he oído a Mariano Rajoy ni una sola palabra en positivo para poner marcha la reactivación de un sector concreto. Por el camino del recorte y la tijera, nos garantizan recesión, por lo menos, tres años más.