«Las colmenas calcinadas estaban llenas de miel»
«Las colmenas estaban llenas de miel y en algunos sitios se ve cómo se ha desparramado al destruirse el panal», señala Porfirio Dios González. El alcalde, Amador Ares, se muestra sorprendido en uno de sus colmenares al ver cómo se destruyeron algunos abejares mientras que el neumático que los aislaba del suelo continúa intacto.
«En el incendio de 1998 el fuego afectó bastante a las abejas, incluso pensábamos que iba a ser peor, pero no fue tan agresivo como este», indica Ares desanimado, que reconoce que una enfermedad estuvo a punto de apartarle de la apicultura hace cuatro años.
Andrés Fuentes, único vecino de Tabuyo con la apicultura como actividad principal señala que la recuperación del brezo para la apicultura precisa de un mínimo de tres años para volver a producir miel y no se conocerán las condiciones en las que se encuentran las abejas que sobrevivieron al fuego hasta la próxima primavera.
Por su parte, Ares, como alcalde, sabe que no hay dinero en las administraciones por la crisis y que «no hay un responsable civil subsidiario a quien exigir indemnizaciones», al menos, de momento. Cuando el fuego mostraba su máximo poder destructivo y se desplazó a la zona la secretaria general del ministerio de Agricultura y Alimentación, Isabel García Tejerina, «le solicité ayudas porque algunos no van a tener ni para leña. Algo harán, porque me dijo que habían pedido ayuda a Europa». Ares señala que en el monte había combustible en el suelo del bosque.