Los sindicatos creen que a quien hay que proteger es a la ganadería
Desde los distintos sindicatos agrarios de la comunidad se recuerda que los verdaderos perjudicado de esta situación son los ganaderos de la comunidad que son quienes sufren en sus cabañas los ataques de los lobos, y que en la mayor parte de las ocasiones quedan en total desamparo por parte de las administraciones públicas, que no se hacen cargo de los daños causados por este animal. Así lo defiende el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, que asegura que «lo único que pedimos es que el medio ambiente responda por los daños que causa en la ganadería a través de seguros, ya que el sector no puede soportar más pérdidas. Lo que no podemos pretender es proteger a los lobos, a los osos y otras especies animales y consentir que desaparezcan los ganaderos», apostilla.
De la misma opinión en José Antonio Turrado, secretario general de Asaja en Castilla y León, que apunta además que «hay una parte de la sociedad que no entiende que los lobos representan un problema incompatible con la actividad ganadera». En este sentido critica la «excesiva» política conservacionista de la Junta de Castilla y León que lejos de mantener controlada la población de cánidos en la comunidad, consiente que cada año crezca cada vez más.
El representante de Asaja asegura además que los cupos «nunca se cumplen» por las excesivas trabas administrativas que supone abatir a un lobo. También dice que hay muchos más ataques que los que se denuncian, ya que solo constan los que tienen seguro. «Lo que no es normal es que el lobo ocupe territorios que nunca ocupó en Castilla y León», asegura.