posada de valdeón
Fervor a orillas del Cares
La romería de Corona se refunda con una comida fraternal.
Varios centenares de fieles valdeoneses y un importante número, creciente cada año, de visitantes forasteros, acompañaron la imagen de la Virgen de Corona durante los cinco kilómetros que separan Posada de Valdeón de la ermita donde permanecerá hasta el año que viene y ubicada en el monte más señero de Valdeón, el Monte Corona.
En esta ocasión, la organización de los festejos, el Real Concejo de Valdeón, apostó por la novedad de la celebración de una comida fraternal en las cercanías de la ermita, concretamente en le Prado de La Peguera, a orillas del Cares, consiguiendo ver desbordadas sus estimaciones de participación, al juntarse cerca de cuatrocientos comensales a dar buena cuenta de las parrilladas ofrecidas, sin que faltara en el menú el Queso de Valdeón con la torta dulce local. Para la realización de la parrillada se solicitaron las oportunas licencias al Parque Nacional, disponiendo guardería y una brigada antiincendios en la zona.
Esta innovadora iniciativa fue calificada de «histórica» por el presidente del Real Concejo, Tomás Pérez. «Debe hacer mucho tiempo que no se comía juntos en Corona y posiblemente, hace mucho tiempo, lo hicieran bajando cada uno su comida. Se ha intentado hacer así para ofrecer a cualquiera la posibilidad de participar y la verdad es que la respuesta ha sido muy importante», manifestó Pérez sobre la comida popular organizada.
También fue novedosa la irrupción del cura de Posada subastando a brazo alzado un cuadro de la Virgen de Corona, donado para la ocasión, al final de la misa campera, siendo adjudicado en 350 euros tras varias pujas.
La verbena nocturna continuó con la fiesta en el valle de Valdeón el día del homenaje a su patrona.
Las únicas quejas a la organización de la fiesta se refirieron a la falta de actividades por la tarde en Posada. «La fiesta de Corona no cae en sábado todos los años, y había que aprovecharlo», manifestaron varias de Soto.