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Castrocontrigo

Salvan a una lobezna que vagaba por los montes con graves quemaduras

Tres ciclistas localizaron al cánido, que presenta ya una evolución satisfactoria.

El animal se encontraba débil y se movía con dificultad cuando lo localizaron.

Publicado por
A. DOmingo | redacción
León

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«Sabía que iba a estar en la hondonada, junto al agua, adonde van a morir los animales». Y, efectivamente, tras unos primeros esfuerzos inútiles por atrapar a la lobezna, poco después la localizó en la zona de Rocebros, donde consiguió, con ayuda de sus familiares, reducir al animal, con heridas quemaduras en las patas, para entregarlo a las autoridades. Ahora, el animal se recupera en un centro especializado en animales silvestres de Zamora y saldrá adelante.

La historia se remonta al 2 de septiembre, justo dos semanas después de que se declarase el incendio de Castrocontrigo. Adrián Rubio Rubio, natural de Castrocontrigo y que reside entre semana en Burgos por motivos laborales, realizaba una ruta en bicicleta por la zona quemada con sus tíos. Fue entonces cuando uno de ellos advirtió la presencia de un animal de aspecto cansado, que se movía con dificultad. Adrián Rubio, de 24 años, trató de capturar a la cría, «pero al ver que se trataba de un lobo, que gruñía y se erizaba, pensamos en regresar al pueblo y volver más tarde, con algo que nos facilitara cogerla».

Rubio regresó a la zona de Rocebros con sus familiares. La loba, herida y agotada, se encontraba en el fondo del valle, donde corre el agua. «Después de un rato siguiéndola y con «ayuda de una cacha para que bajara la cabeza» acabaron por reducirla en el corta fuegos donde limitan Castrocontrigo y Morla de la Valdería. Existía riesgo de que la lobezna, «de unos cuatro meses» y a la que ya «se le veían los dientes definitivos» mordiese a sus captores.

«Al rojo vivo»

«Tenía las almohadillas de las patas —donde el animal apoya en el suelo— al rojo vivo». Las quemaduras eran de tal magnitud «que ya no tenía uñas», explicó Adrián Rubio. Tras llevar al cánido a Castrocontrigo, «llamamos a la Guardia Civil, que nos mandó al Seprona». Adrián Rubio estima que el animal «llevaba unas dos semanas sin comer. No entiendo cómo pudo sobrevivir todo ese tiempo».

Finalmente, se hizo cargo de la cachorra, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, para su traslado el Centro de Recuperación de Animales de Villaralbo (Zamora), desde el que han comunicado a Rubio que «aún tiene que curar las quemaduras, pero ya está bien, no ha sufrido infecciones y se recuperará».

«El agente forestal que vino a recogerla me dijo que la loba había tenido suerte, que cualquier otro, al tratarse de un animal que ataca al ganado, la hubiera rematado con una cacha o lo que fuera», comentó.