Los osos destrozan 500 colmenas en lo que va de año
La FOP recomienda instalar pastores eléctricos en las explotaciones apícolas.
Colmenas volcadas, con los cuadros rotos y huellas de las patas, tarjeta de visita del oso en colmenar de Cirujales.
El oso cantábrico ha causado daños en 504 colmenas de la provincia de León desde que comenzó el año hasta el 1 de agosto, según datos facilitados por la Delegación Territorial de la junta de Castilla y León, según se recoge en 143 expedientes abiertos por la Administración autonómica. A los daños en colmenares hay que sumar cinco casos de ataque a ganado equino, tres a vacuno y uno a ovino, datos que revelan que son claramente los apicultores los ganaderos más perjudicados por las andanzas del osos.
Entrar en los colmenares y causar los destrozos en busca de la tentadora miel empieza a ser más frecuente en algunas zonas de la provincia, como Omaña, donde un apicultor, que prefirió mantenerse en el anonimato, aseguró que en la comarca se han sufrido hasta ocho ataques desde el inicio del mes de junio, después de haber encontrado su colmenar de Cirujales (Riello) destartalado este martes tras recibir la visita de un plantígrado, que dejó huellas de sus patas en la zona. El apicultor ha puesto el caso en conocimiento de las autoridades.
Además, explicó que al aplastar la colmena, en ocasiones muere la reina, lo que provoca la desaparición del enjambre. En otros casos, el daño afecta a las cámaras de cría y siempre hay cuadros rotas y miel y cera que se pierde. El apicultor refiere visitas del oso a colmenares de Folloso y Campo la Lomba, en Riello, y La Garandilla (Valdesamario), entre otros pueblos de la zona.
Pastores y pagos
Desde la Fundación Oso Pardo (FOP), señalaron ayer que el crecimiento de la población de osos, «la especie se está expandiendo» hacia áreas antiguamente ocupadas, y se apuntaba la necesidad de «trabajar en medidas de prevención, con la colocación de pastores eléctricos para proteger los colmenares». La organización explicó que los pastores eléctricos se han mostrado como una medida efectiva, después de su reparto gratuito a los apicultores dentro del proyecto LIFE+ Corredores Oso. Además, la FOP insistió en la importancia de que las administraciones indemnicen por los daños a los perjudicados de forma justa y ágil.
En este sentido, la delegación de la Junta explicó ayer que una agente forestal debe valorar los daños causados. Si éstos no alcanzan los 1.500 euros, la indemnización la cubre un seguro y el trámite «es rápido». En cambio, si se supera la cantidad citada, debe abrirse un procedimiento de responsabilidad patrimonial, cuya resolución es más larga que en el primer caso.
Los principales daños que causa el oso a las propiedades humanas los registran los colmenares y los frutales, en especial los cerezales.
A estas alturas de año, los osos ya no suelen entrar en los colmenares —la disponibilidad de miel es menor que pocas semanas atrás— y quizá pueda denotar falta de alimento cuando comienzan a faltar ya los frutos carnosos del verano. A las puertas del otoño, los plantígrados buscan en los bosques bellotas, hayucos, castañas y avellanas.