Los cielos abiertos siguen en huelga pero retiran los piquetes para abrir el diálogo
Trabajo media en el conflicto y Alonso no ejecutará despidos si no hay enfrentamientos.
La jornada de ayer fue intensa para los operarios de los cielos abiertos. Por la mañana, representantes de los trabajadores y los sindicatos se sentaron a negociar con la empresa en la Junta y teniendo como mediador al director general de Trabajo, Carlos Díez. La base del acuerdo para que ambas partes volvieran a sentarse y abrir la vía del diálogo era que los operarios desconvocaran la huelga mientras que la dirección de la empresa se comprometía a no ejecutar los despidos durante las negociaciones. Así lo confirmó Díez, quien anunció que las tres partes se sentarán a negociar el próximo martes.
Por la tarde, los trabajadores reunidos en asamblea en Ponferrada decidieron continuar con la huelga «de manera cautelar» aunque retirando las acciones de los piquetes, con el objetivo de «respetar las pautas» y abrir un diálogo que resuelva el conflicto generado por el cambio en el calendario laboral. La reunión de los trabajadores fue bronca, tensa y se alargó durante más de una hora. Mientras algunos apostaban «por no ceder al chantaje» otros tenían esperanzas en las negociaciones tras un mes de huelga. Los miembros del comité de Intercentros de Uminsa, Santiago Rodríguez y Jorge Díez, fueron los encargados de templar el encuentro asambleario partiendo de que «con coacción no se puede negociar».
Tras el encuentro en la Junta, está previsto una cita para el martes. A ese día han pospuesto los trabajadores su decisión, que tomarán en una nueva asamblea que se celebrará en Fabero y que abordará las primeras propuestas que lleve la empresa a la reunión de por la mañana. «Hay un acuerdo de sentarse a negociar, las dos partes tienen que hablar de sus posturas y ambas están dispuestas», concretó el director general de Trabajo.
Los trabajadores de los cielos abiertos de Uminsa —con explotaciones repartidas en la cuenca asturiana y en Laciana y el Bierzo— comenzaron el pasado 23 de agosto una huelga indefinida después de que la dirección anunciara una modificación en el calendario laboral que implicaba turnos de seis días de trabajo y tres de descanso, con lo que perderían entre 300 y 400 euros mensuales. Más de medio centenar de trabajadores y sindicalistas ya han recibido la notificación de despidos y, tras varias reuniones en las que medio el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez-Quiñones, las partes volvieron ayer a sentarse a negociar para abrir el diálogo y resolver un conflicto que también ha afectado a los mineros de interior.