El plan contempla allanar el terreno, reforestar y desmantelar naves anexas

Los objetivos generales que persigue el plan de restauración elaborado por la Junta son la recuperación del paisaje deteriorado, evitar la erosión del suelo y la contaminación de las aguas por elementos sólidos en suspensión, evitar el peligro para personas, animales o bienes originados por soliflucción de los materiales movidos, devolver la capacidad productiva original de los terrenos afectados y minimizar los impactos ambientales temporales.

Para conseguirlo, se llevará acabo una etapa de preparación, que consiste en la retirada del horizonte superficial del terreno y su mezcla con los restos vegetales procedentes del desbroce, con el fin de recubrir las zonas ya explotadas una vez completada la restitución topográfica, que consistirá en el relleno del hueco creado y la remodelación de las superficies. Acto seguido, se efectuará un proceso de revegetación que consistirá en la preparación del terreno extendiendo tierra vegetal, fertilizantes y nueva vegetación. Para la implantación de esta vegetación se ha elegido la siembra de una mezcla de herbáceas, así como la plantación de especies arbóreas como abedules, rebollos y serbales. Las plantaciones se efectuarán en los taludes con una densidad de dos mil pies por hectárea en los de pendiente superior a 25 grados, y con una densidad de 1.500 pies por hectárea en los de pendiente comprendida entre los 25 grados y los 15.

Por último, se procederá a la rehabilitación de los servicios e instalaciones, lo que supone desmantelar la nave donde se almacenan los materiales y los depósitos provisionales de combustible. También se desmantelarán las pistas de acceso.

Este proceso de recuperación ambiental tiene una duración estimada de 27,5 meses.