Diario de León

Carta te escribo

La muralla, bien, gracias

Publicado por
martín martínez
León

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Querido hermano: Estamos en septiembre; mes que, por mucho que se aplique en lo que resta, va a hacer buena la primera parte del refrán; va a secar, absolutamente, las fuentes y nos va a dejar mirando al Teleno. A donde, por desgracia, este verano tuvimos que volver demasiado tiempo la vista por culpa de algún cabronazo. Días antes tuvimos audición del último disco, que también es libro de poesía, de Tista y Sara. Colinas, Marifé, Miguel Ángel, María José y otros muchos pusieron el sentimiento en los versos dedicados a nuestro monte protector; Tista y Sara los pasaron al pentagrama y el resultado hay que calificarlo de exitoso.

Después, querido, vino la desgracia y once mil hectáreas de pino resinero fueron arrasadas por la idiocia de un desaprensivo. ¿O han sido más? Pasto de las llamas fueron esas verdes laderas, haciendo huir a corzos y jabalíes, a perdices y águilas, a cogujadas, liebres y conejos; los que no pudieron huir murieron abrasados. Allí quedó calcinada la ilusión de cientos de personas, de micólogos, de resineros, de apicultores, dando paso al dolor y las lágrimas.¡Que nunca más vuelva a suceder¡

Ya has sido informado en este medio, hermano; a cristazo limpio, bueno mejor decir sucio, andan en Astorga gobernantes y opositores. Si había motivos, antes, para enarbolar los garrotes, las fiestas de Santa Marta pusieron al rojo vivo las diferencias. Como las cosas sigan así, querido, vamos a tener una legislatura absolutamente perdida. Uno tiene la esperanza de que a los 17 miembros que componen la Corporación municipal les entre una miaja de cordura y la sensatez tenga plaza en la bancada del salón de sesiones; que allí se sienten y acomoden con tranquilidad, que discutan lo preciso y si necesario fuere un poco más, y que se percaten que lo importante es la ciudad y no el ego de cada cual. Si no consiguen eso, vamos a tener un circo perenne.

Por otra parte, hermano, estamos ayunos de la marcha de las obras del teatro Gullón. Ha sido colocada una valla alta y bien tupida que no deja un resquicio para achusmar y ver como van. Si nos consta que se han cargado, en su totalidad, los restos de la «basílica romana»; bueno, al parecer, dejaron como testigo de aquella grandeza —tapado claro— un tramo de media docena de metros. A su debido tiempo se inutilizará el tramo de la muralla y veremos emerger —esperemos que así sea— los muros del teatro, en su nueva edificación, que nunca será rehabilitación.

La Comisión Provincial de Patrimonio dictaminó, en su día, mantener la ocupación de la muralla, a pesar de haber recomendado siempre el respeto a la misma, así como la voladura de un resto romano tan interesante como es —como era— la basílica. Más recientemente ha dado su veredicto sobre el estado de algunos puntos de la propia muralla. Bendito sea Dios, y alabado el criterio de la Comisión. Ordena que el Ayuntamiento proceda a la reparación del tan traído y llevado cubo de La Buraca; e informa que en líneas generales nuestra muralla no presenta peligro alguno de derrumbe. Dios lo quiera, y que no se tengan en cuenta las profundas grietas que se perciben, por ejemplo, en el cubo de la calle Santa Lucía; o los continuos desprendimientos que se producen en la calle Postigo, o en el tramo y paño de muralla que va desde La Brecha a Mártires de Somiedo. O el abandono, total y absoluto que se percibe en el resto de la cerca. Claro, hermano, que si lo dicen los expertos, me lo creo. Nuestra muralla bien, gracias. Algún día escribiremos del mosaico del oso, en la domus de cloaca. Cuídate.

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