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Garantes de la calidad de la uva

Los quince veedores contratados por la DO Tierra de León para controlar la vendimia destacan la profesionalidad de los viticultores durante la cosecha.

Fotografía de los veedores que han participado en la vendimia de la DO Tierra de León en esta campaña 2012. medinaFotografía de los veedores que han participado en la vendimia de la DO Tierra de León en esta campaña 2012.

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armando medina | valencia
León

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Cualquier sello de calidad debe tener unos estrictos controles en todos los procesos de su elaboración. En las denominaciones de origen, más aún si cabe. Quince jóvenes estudiantes de la diplomatura de Ingeniería Agrícola de la Universidad de León (Beatriz Andrés, Jorge Cordero, Cristina Cuervo, Nuria Menéndez, Mario Sánchez, Eric Arce, Pablo Castilla, Cristina Sahagún, Elena de Cima, David Castrillo, Esperanza San Martín, Rubén Llanos, Cristina Torrón, Víctor Pérez y Marina González) han sido los encargados de realizar este año las labores de inspección durante la vendimia en la DO Tierra de León. Son los popularmente conocidos como veedores.

Están contratados por el Consejo Regulador, y dirigidos por el Director Técnico de la DO, Alejendro González, su misión no es otra que controlar que cada bodega y viticultor cumpla los requisitos de la vendimia que vienen estipulados en el reglamento. Comprueban las variedades que se vendimian, el estado sanitario de las uvas, los grados alcohólicos exigidos, que los rendimientos máximos de las parcelas no superen los permitidos, la correccción en el transporte y la trazabilidad de los depósitos. En definitiva, son los garantes de la calidad de las uvas calificadas. Su trabajo es imprescindible.

Así lo pone de manifiesto el director técnico de Tierra de León, Alejandro González, quien asegura que «el papel de estos chicos dentro del funcionamiento de la denominación de origen es absolutamente clave, más importante de lo que la gente se cree. Si hoy por hoy podemos garantizar al consumidor la calidad final de nuestros vinos, tanto de esta cosecha como de todas las anteriores desde que conseguimos el nivel de protección de la DO en el año 2007, es gracias a que tanto los veedores de este año como todos los que han trabajado conmigo en campañas anteriores, se implican en la vendimia con un alto grado de responsabilidad. Si hemos podido llegar a controlar todas las entradas de uva ha sido porque todos y cada uno de ellos han trabajado de forma durísmima. Yo, personalmente, quiero agradecer a todos los veedores que han compartido conmigo este trabajo en las cuatro últimas campañas. Sin ellos el Consejo Regulador no podría desarrollar su labor el resto del año».

No se trata de un trabajo cómodo. En la vedimia no hay horarios, muchas bodegas aprovechan la frescura de la noche para recoger los racimos. Y siempre tiene que haber un veedor presente. Donde los llaman, allí están.

Todos destacan el gran ambiente, el importante grupo que se ha creado. A pesar de ser sus inspectores, los viticultores no les ponen ninguna traba. «Se portan muy bien con nosotros», aseguran. Al tiempo que resaltan la gran profesionalidad y lo bien que se están haciendo las cosas por parte de los bodegueros.

Cada uno de ellos tiene su propia motivación para desarrollar este trabajo. La mayoría lo hacen como una salida profesional. Pero en todos aflora su interés por el vino y el mundo de la viticultura. Una de las chicas, la de mayor edad, asegura que se decidió a realizar esta labor «porque se trata de unos vinos nuestros, con una uva atóctona, que nosotros tenemos que defender».

Su cococimiento de primera mano de estos caldos los convierte en embajadores de los mismos. Cometido que aceptan de muy buen grado.