Buena gente
Carta te escribo
martín martínez
Querido hermano: Te deseo que hayas tenido una buena entrada en este 2013. Aunque parece que se cumple el refrán, «al invierno no lo come el lobo», por estos atajos lo tiene solo apergollado, mordiéndole los zancajos y poco más. El Teleno, al que don Luis (de la escuela de Astorga) bautizara como el Fujiyama maragato, está el pobre con una pequeña boina que pocas ilusiones nos trasmite. Cuando éramos rapaces, recuerda, lucía una gran bufanda, al menos hasta junio; y cuando lo era don Luis, ni te cuento. Hemos demediado enero, crecen los días y se acortan las noches como las esperanzas de la nevadona. Porque «en febrero, querido —decía el abuelo— busca la sombra el perro», ya que andamos de refranes, y te puedes imaginar «que nieve de febrero en las patas se la lleva el perro». Así que hagamos rogativas para que llegue cuanto antes.
Ni me has dicho que te trajeron los Reyes, que supongo serías parco en las peticiones. Ya te contaba en la última que solamente le había pedido buena dosis de juicio y sensatez para nuestros diez y siete munícipes y sus respectivos partidos. Le daremos un tiempo, que han salido de las fiestas y no es cuestión de acuciarlos. El 31 que hay pleno será un buen día de prueba. Y es que con tantas semanas festivas uno queda algo desnortado. Eso que las tuvimos llenas con las alegrías, las risas y las ilusiones infantiles de los adoptivos de Jimena y Miguel; hacía años que en la casa habíamos olvidado esas calendas. Ellos disfrutaron deslumbrados y nosotros agradecidos por su presencia que llenaba huecos ya casi olvidados. De todas las maneras tengo que entrenarme.
Desnortado queda uno, sin saber a que carta quedarse, cuando te topas con declaraciones que se salen del tiesto, como si fueran a hacer aguas menores. Al menos dos entrevistas le hice a don Jesús Posada cuado pastoreaba la Junta de aquí; lo he seguido, algo, como Presidente del Congreso; y lo saludé, con satisfacción, el día 20 de octubre al celebrarse el 200 aniversario del primer Ayuntamiento Constitucional de Astorga. Siempre me pareció un hombre sensato, justo en sus apreciaciones, medido en sus declaraciones y parco en las críticas; un castellano viejo de fuerte humanidad física que se correspondía con su pensamiento, conciliador y de buen talante. Debió desnortarle eso de ser la tercera autoridad nacional, digo yo. Porque no me cuadra que hace unas semanas calificara de «pequeñeces» (no las del jesuita Coloma) los complementos dinerarios de los señores diputados por viajes, vivienda y otras minucias, pequeñeces claro, cuando todos rondan los 4500 euros iniciales, más lo que le cuelgue por ser miembro de comisiones, mesas, sillones y taburetes, que todos cotizan al alza.
Encuentro desnortado, totalmente hermano, a ese señor que dicen jefazo o presidente del CGPJ (que se traduce por Consejo General del Poder Judicial y debe ser algo de acojone). Moliner, o algo así creo que apellida. Asegura que por dignidad del cargo él y no sé cuantos colegas más, fiscales y un largo etc., los viajes en avión (supongo que también en otros medios) han de hacerlos en primera clase o como se llame eso. Creo, hermano que haciendo honor a su apellido ha molido demasiado grano, está «enharinado» y no quiere manchar al resto del pasaje; eso, o ha perdido su dignidad judicial.
Así que con todo lo que estamos viendo, uno cree que los únicos que no se han desnortado son ese Willi de la ciudad imperial y la señora Bardem que animan y jalean a cierta chusma norteña. Llevan ambos los dos, bastantes años siendo consecuentes con sus actitudes. Ahora les acompaña el señor Mayor Zaragoza, ese verso suelto del centro político que vira a derecha o izquierda, según sus conveniencias. Al final, hermano, preguntas por ellos, según a quien, y te contestarán: Buena gente. También Bolinaga. Para Zapatero lo era Otegui. Cuídate.