Diario de León

Carta de un minero a la vicepresidenta del Gobierno

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Opinión | alberto gonzález llamas

Ex secretario de industria de CC.OO.

Señora vicepresidenta, quien esto suscribe, minero durante años, firmante del último Plan del Carbón, y aunque apartado ya de la línea de la negociación en los asuntos de minería, preocupado e impaciente al ver lo que está sucediendo, al ver lo que los medios publican como más que veraces noticias, no puede dejar de observar algo que con estas líneas pretende que usted y su Gobierno presencien. Mientras hay una reacción de su Gobierno hacia los posibles, probables, excesos de los cuales señalan como responsable al propietario de las empresas Uminsa y Coto Minero Cantábrico, son muchos los trabajadores y las personas que aguantan como pueden en las localidades mineras, en especial en las comarcas de Laciana y el Bierzo, donde estas empresas operan. Incontables los que se preguntan cuántas más penalidades habrán de soportar, qué fatal destino trata de ligar la suerte que haya de correr éste mal patrón, al que ya nadie puede respaldar con razones decentes, para que una y mil veces sean al fin la diana de cuánto golpe y trancazo se reparta en su entorno. Los mineros y trabajadores a su cargo conocen de sobra los desmanes de alguien que se comporta como un tirano, que dice ser minero siendo el mayor déspota para mineros y personas que de él dependen, y a quienes parece querer dejar claro que están bajo su dominio. Pero no quiero en esta carta, gastar mucho más tiempo ni tinta en personalidad tan detestable. Sí ,Vicepresidenta, en destacar que la disposiciones de su Gobierno, o la tardanza en la toma de las mismas, al parecer mientras encuentran la fórmula por la cual sólo las demás empresas perciban las ayudas, están también atenazando hasta la asfixia a los trabajadores de toda su estructura empresarial y, por razones que sobradamente deben conocer, a los mineros de toda la provincia, de Castilla y León y del país.

A punto de reventar, si no ha explotado ya, el ineludible conflicto laboral para cientos, miles de obreros que trabajan y no cobran, a las puertas de un ERE, o a días de su despido, Sra. Sáenz de Santamaría, me despojo de cualquier santo y seña que pudiera acreditarme, de cualquier sigla o símbolo, aunque los tengo y tan hondos que conmigo van a dondequiera, para que esta carta pueda llegarle y ser leída sin antipatías, sin animosidades anticipadas y, al recibo de la misma, sepa qué se espera de quien tiene en su mano gran capacidad para la resolución del problema que ha terminado afectando como una losa a toda una provincia.

Si, libre, sin la obligación de oponerse como quien lo hace desde un alineamiento militante y partidario, dejan de actuar teniendo en cuenta el sufrimiento que infligen sus decisiones a los mineros, a sus familias, a todo quien vive en un pueblo que se dedica a la actividad minera, será usted injusta y su Gobierno, el Gobierno que junto a Mariano Rajoy preside, habrá sido cruel con aquellos que no hacen si no intentar cumplir con su deber sin que se les tenga en cuenta, devaluados e ignorados por el sádico jefe que en su desgracia tienen en su empresa.

No es otra, la razón de dirigirme a la autoridad de su persona en el Gobierno de la nación, que reclamarle, como lo haría cualquier ciudadano de bien, junto al comportamiento recto que debe proceder en quien tiene tan alta magistratura, disponga, simultáneamente, un paquete de medidas que permitan a los trabajadores que resultan afectados, aguantar o salir de la presión a la que se ven sin culpa sometidos, ya que nada habría tan triste como ver a las plantillas de trabajadores del malicioso chantajista, lanzados por él a la huelga, reclamando las ayudas que persigue y peleando para que levante su Gobierno, Sra. Sáenz de Santamaría, la espada que parece tener sobre su cabeza. Parecen tener claro, en todo este preciso asunto, a qué tiene derecho el Gobierno para defender el interés nacional, pero déjeme decirle, Sra. Vicepresidenta, que no deben olvidar la angustiosa situación que se vive ya en algunos municipios y que lleva a la toma de medidas que rondan la desesperación.

Esto, y no otras consideraciones políticas que no niego tener, pero que aparco en un intento de llegar a su atención como un humilde y bienintencionado minero más, me lleva a pedirle que dé instrucciones al Ministro de Industria, a los responsables en éste Departamento, a cuántos fueran necesarios; que estudien con premura un conjunto de precauciones y órdenes que aporten alguna solución; un compás de espera que nadie les ofrece, con el que puedan al menos soportar un margen de tiempo hasta el desenlace final de todo esto. Muchos son los que necesitan con urgencia algún ingreso con el que poder atender las necesidades más básicas, hasta el extremo de activarse ya cuentas de solidaridad, bancos de alimentos, etc.

Nadie hoy parece saber qué derroteros tomará el asunto; si piensan en la retirada de las concesiones mineras, si en la adhesión de sus explotaciones y actividades por HUNOSA o si propondrán que sea otro particular quién dé continuidad a las mismas, pero sí sabemos todos aquí que, sin ninguna cobertura es imposible contener a quien sí ha cumplido y se ve en la desatención y el desamparo. Me encargo en esta carta, de que a usted, Sra. Sáenz de Santamaría, le llegue y, al menos, desde esta humilde intervención, con esta misiva sepa qué se espera de quien tiene en su mano capacidad para la resolución del problema que ha terminado afectando como una losa a toda una provincia. Si no actúa teniendo en cuenta el sufrimiento que infligen a los mineros, a sus familias, a todo quien vive en un pueblo que se dedica a la actividad minera, será usted injusta y su Gobierno, el Gobierno que junto a Mariano Rajoy preside, habrá sido cruel con aquellos que no hacen si no intentar cumplir con su deber sin que se les tenga en cuenta, devaluados e ignorados por el sádico jefe en su empresa. Tienen, dicen, un Plan que quieren presentar en marzo. Allí se verá, pero hay quién ya no aguanta más.

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