La Piñata une a la provincia
El sol sonríe al desfile carnavalero, que llenó de color los monumentos de la ciudad.
La Piñata convirtió Astorga en un espectáculo de color y música, con más de 70 grupos, según la Concejalía de Fiestas —las previsiones iniciales apuntaban a 50—, y un numeroso público en las calles para ver el desfile del espertento. En su papel de carnaval cuaresmal, Astorga acogió a un buen número de grupos llegados de distintos puntos de la ciudad.
El encargado de pregonar la fiesta fue, José Manuel Santos, joyero e integrante del ya desaparecido grupo Los Maragatos, formado fundamentalmente por profesionales del citado gremio, Santos centró su discurso en el inicio de la fiesta. Con un disfraz de cuento de la mil y una noches, explicó cómo fue en La Bañeza donde comenzaron a desfilar los maragatos, para después retomar la Piñata que se había celebrado en Astorga hasta la Guerra Civil.
Llevar el Carnaval a la Cuaresma entró en colisión con estamentos que no citó, si bien la idea recibió el apoyo principal del empresariado local para convertirse con los años en un multitudinario desfile.
La tarde soleada se llenó de color, con trajes trabajados y cuidados de todo tipo, entre los que destacan los más típicos disfraces de fantasía, mezclados con otros llenos de originalidad e incluso con algunos provocativos modelos femeninos.
Al final, la plaza Mayor se convirtió en una fiesta, con música de la orquesta Xacobea y entrega de premios para los mejores grupos locales los cuatro mejores de fuera, las tres mejores carrozas y los mejores grupos de menos de 15 componentes. La fiesta continuó con una verbena.