Un soldado pagará 6.300 euros por destrozar un jeep que cogió sin permiso

Las maniobras militares del 17 de noviembre del 2010 en el Teleno se le olvidarán difícilmente a un joven soldado de El Ferral, que sintió la necesidad de tomar un café a seis kilómetros del campamento, en Luyego de Somoza, y, aunque carecía de permiso militar para conducir jeeps, y de autorización para ausentarse, logró que le dejaran las llaves de uno y se fue durante una hora.

Su escapada, junto a otro soldado que debería iniciar el servicio nocturno de imaginaria, habría quedado en el anonimato de no ser por un supuesto exceso de velocidad al regresar en torno a las 22.30 horas a la base, que le hizo perder el control del vehículo al tomar una curva en el punto kilométrico 17,5 de la CV-19214. El Aníbal quedó destrozado tras dar dos vueltas de campana y volcar, y el asunto trascendió hasta el Tribunal Militar Territorial Cuarto, en La Coruña, que le ha condenado a tres meses y un día de prisión por un delito consumado contra la eficacia en el servicio y el pago de 6.271,21 euros al Estado por los daños causados al todoterreno.

Nuevo enjuiciamiento

Los magistrados también habían condenado al sargento jefe de uno de los radares Arthur por un delito de abandono de servicio de armas a cuatro meses de prisión, pero la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, en Madrid, ha estimado su recurso de casación y obliga a repetir el juicio contra él con unos ponentes diferentes.

Los jueces creen probado que al finalizar la jornada de tiro real aquel 17 de noviembre, dentro del ejercicio conocido como Linaje Artillero, varios de los integrantes del sensor Post 2 se desplazaron a un bar de la población de Luyego y dieron versiones contradictorias de lo ocurrido que llevaron a juzgar a un cabo por un delito de abandono de armas, y a tres soldados por delitos contra la eficacia en el servicio y deslealtad. Todos ellos han quedado finalmente absueltos.