El fuego acosa Rabanal de Abajo y Oseja y quema 55 hectáreas en Babia
Los efectivos de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León tuvieron ayer un día complicado para atajar los fuegos que se repartieron por varias zonas de la provincia.
Ya a primera hora de la mañana el primer foco surgió en los montes de Rabanal de Abajo, en Laciana, en donde las llamas amenazaron con arrasar treinta hectáreas arboladas y un área sensible para el urogallo y obligaron a los técnicos a decretar el nivel 1 de alerta. Durante las primeras horas, un operativo de más de 60 efectivos de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente trabajaban en la zona, apoyados por cinco helicópetros y dos aviones de carga en tierra. La situación se normalizó en torno a las once de la mañana, cuando se rebajó el nivel de alerta debido a que se redujo el peligro aunque no el dispositivo puesto en marcha en la zona. El incendio seguía activo a última hora de la tarde de ayer.
Las brigadas sí consiguieron atajar el fuego en el incendio que el pasado lunes se originó en Villafeliz de Babia, que quedó extinguido poco antes de las dos de la tarde. El primer balance de daños estimado por los técnicos deja 55 hectáreas quemadas, 45 de ellas de brezo y escoba y el resto de pastos.
Una hora después de la extinción del fuego en Babia, la alarma saltó en Oseja de Sajambre, en pleno Parque Nacional de Picos de Europa, donde ayer por la tarde trabajaban varios medios de la Junta y el parque, entre ellos un helicóptero.
Todos los incendios originados ayer, incluidos los tres del Bierzo —en Fabero, en Vega de Espinareda y en San Juan de Pazuelas— fueron intencionados, según las estimaciones de la Junta.