Recuperan en un mesón un arco del siglo XII robado en la abadía de San Esteban de Nogales

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil localizaron este fin de semana en un establecimiento de hostelería de La Bañeza un arco perteneciente al antiguo Monasterio de Santa María, en San Esteban de Nogales, cuyo robo se denunció el 22 de septiembre del 2006. El arco, perteneciente a una abadía fundada en el siglo XII, se sustrajo piedra a piedra de las ruinas de la antigua abadía, que contó con privilegios papales y reales en la Edad Media.

Aunque no ha trascendido de qué establecimiento se trata, se ha podido averiguar que el elemento arquitectónico se instaló en el bar a la vista del público. Los agentes no han realizado detenciones, pero se imputa al responsable del negocio y a otras dos personas la comisión de un presunto delito contra el patrimonio histórico. Al parecer se piensa que los tres imputados se desplazaron hasta San Esteban de Nogales con el fin de hacerse con un arco que había quedado a la vista tras las intervenciones de recuperación del solado de uno de los claustros del cenobio, así como de la limpieza de los restos que rodeaban este espacio. Posteriormente, los imputados procedieron a montar el arco, de medio punto y en piedra labrada, en el mesón, en un lugar de paso para la clientela, donde permanece desde entonces.

Los agentes de la Comandancia de León consiguieron la pista que les llevó hasta el arco robado y a los implicados en el transcurso de la investigación de otros robos.

Propiedad municipal

Por su parte, la alcaldesa de San Esteban de Nogales, Consuelo Prieto, señaló que aún no tiene confirmación oficial del hallazgo de los agentes, aunque conoce la operación, motivo por el que prefirió guardar silencio, por el momento, sobre el caso. La denuncia del robo la formuló Santiago Fernández Bailez, antecesor en la Alcaldía de San Esteban de Consuelo Prieto, al tratarse de un bien municipal.

Con la desamortización de los bienes de la Iglesia Católica en el siglo XIX el monasterio pasó a manos de los vecinos de San Esteban, que dividieron su propiedad en parcelas, para el cultivo de frutales y productos hortícolas. Sin embargo, con el paso de los años, se decidió que las construcciones, aunque derruidas, pasaran a manos del Ayuntamiento ante una posible recuperación.

Según se especuló tras conocerse el robo, los ladrones del arco llegaron hasta el monasterio con una furgoneta o vehículo similar (los bajos de este dieron con una elevación del camino, dejando marca) con la intención de llevarse uno de los arcos mejor conservados de las ruinas de Santa María de Nogales. Desde el principio se especuló que fueron dos o más personas las que trasladaron el elemento constructivo, debido al peso de las dovelas y que lo hicieron al amparo de la noche. Además, el robo se llevó a cabo tras el verano, cuando las visitas a la zona disminuyen y oscurece antes.