La población de osos en la Cordillera Cantábrica supera ya los 200 ejemplares
También se está avanzando para reducir la consanguinidad dentro de la población oriental
La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica supera ya los 200 ejemplares, después de un 2012 «magnífico» en reproducción, ya que se constataron una treintena de «nuevas familias», una cifra que evidencia la «potencia de recuperación» de esta especie, todavía amenazada.
Además, también se está avanzando para reducir la consanguinidad dentro de la población oriental (Cantabria, Montaña Palentina y Montaña Oriental Leonesa), se ha detectado ya en este área la huella genética de la población occidental (Galicia, Asturias y León) y, si continúa ese flujo de genes,
todavía «inicial», este problema «tiene camino de resolverse».
El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, lo ha explicado hoy, a preguntas de los periodistas, después de presentar en rueda de prensa el programa de educación ambiental «Dejando huella», que la organización, apoyada por el Gobierno cántabro y E.On, llevará este curso a centros escolares de la región.
Palomero, al que acompañaban el consejero de Medio Ambiente, Javier Fernández, y el director general de Infraestructuras de E.On, Manuel Sánchez, ha explicado que la población de osos en la Cordillera está respondiendo «muy bien» a los programas de conservación que han puesto en marcha las administraciones y colectivos conservacionistas y ecologistas.
«Están pasando un buen momento. La crisis económica no parece que vaya con ellos, porque están aumentando su población ya de manera continuada», ha comentado el presidente de la Fundación.
De hecho, cuando se dieron hace unos meses los últimos datos del censo de crías, correspondientes a 2011, se estimaba una población de unos 180 ejemplares en la Cordillera, y ahora Palomero calcula que la cifra supera ya los 200.
Y es que, según ha indicado, 2012 fue un año «magnífico» de reproducción, con 33 o 34 nuevas familias de osos.
Además, la consanguinidad, aunque sigue existiendo, mejora porque algunos osos de la población occidental, la más fuerte, se han movido hacia la oriental, y no sólo para explorar, sino que ya han dejado crías.
Así lo han constatado genetistas de la Universidad de Oviedo, que han detectado una huella de genes occidentales en la población oriental.
Para el presidente de la Fundación Oso Pardo el aumento y mejora de la población es importante, pero también lo es que se produce en un escenario de «apoyo social», incluido el de los cazadores, que hoy son «grandes aliados» de la conservación de la especie.
También ha destacado que el oso «cohabita bien» con los humanos y en algunas zonas se le ve como un elemento de desarrollo sostenible, porque atrae turistas a los parques naturales y con la fuerza de su imagen vende productos de la zona.
A ello han ayudado los distintos programas de educación ambiental promovidos en los últimos años, a los que se suma el presentado hoy, que se dirige a alumnos de tercer ciclo de Primaria y primer y segundo ciclo de Secundaria.
El programa incluye materiales didácticos para profesores y alumnos, charlas de los expertos de la fundación y salidas al campo para que los alumnos conozcan el hábitat y el modo de vida de este animal.
El oso es el elemento central del programa, porque llega muy bien a los escolares, pero el objetivo final de la iniciativa no se limita a favorecer la conservación de esta especie, sino que pretende sensibilizar a las nuevas generaciones sobre otros aspectos de la biodiversidad y el patrimonio natural.
De esta forma, se quiere conseguir que esas generaciones tengan más sensibilidad ambiental y que aquellos que van a gobernar o dirigir empresas y fundaciones en el futuro tengan una sensibilidad alta hacia la biodiversidad, ha apuntado Palomero.
El objetivo es llegar a 240 centros escolares con este programa, que Javier Fernández cree que «dejará huella» en los escolares.