chozas de abajo
La patata se vuelve apolítica pero solidaria
La feria premia la labor de Cruz Roja y recoge alimentos para los más necesitados.
El director provincial de Cruz Roja recibió su premio de manos del alcalde.
Chozas de Abajo celebró ayer la edición de la Feria de la Patata más apolítica de sus ocho años de existencia, pero a la vez una de las más solidarias. La de Chozas se caracterizaba todos los años por ser una de las ferias que más cargos políticos de todos los signos acogía al calor de sus patatas con carne, ya que siempre se entregaba la patata de bronce, con la que la localidad premia la trayectoria o la labor de alguna personalidad, a algún político, como es el caso de Isabel Carrasco, Antonio Silván o Silvia Clemente.
El premiado en la edición de este año es el director provincial de Cruz Roja, José Ignacio de Luis Paez, quien recibió el premio de manos del alcalde de la localidad, Roberto López Luna. En su breve discurso aseguró que no considera que el premio es para su persona sino para todos los voluntarios que trabajan en Cruz Roja de los que se considera uno más. Por su parte, el alcalde tuvo unas palabras de reconocimiento para esta institución humanitaria que «está desarrollando una importante labor para ayudar a los más necesitados en estos tiempos de crisis», matizó el pedáneo popular, que instaló un puesto en el recinto ferial en el que se recogieron todo tipo de alimentos para los más necesitados.
La entrega de este premio se explica por la estrecha colaboración entre Cruz Roja y el Ayuntamiento de Chozas en los últimos dos años y medio, tiempo en el que la institución ha repartido cerca de cuatro mil kilos de productos a las familias más necesitadas del municipio.
El alcalde también tuvo unas palabras de agradecimiento para las juntas vecinales de su municipio. En este sentido, López Luna hizo una defensa pública de estas entidades, pese a que el partido que representa está promoviendo una ley para eliminarlas, y las dio todo su apoyo en la manifestación que hoy recorrerá las calles de León.
La feria acogió más de una decena de puestos de todos los tipos, de vinos, de productos de la tierra, y artesanales, entre otros, por lo que a lo largo de la mañana pasaba la gente hasta la hora de comer. Fue entones cuando los organizadores del encuentro repartieron más de mil raciones de sus tradicionales patatas con carne cocinadas por un grupo de vecinas. Después de la suculenta comida, en que además se consumieron 300 barras de pan y 30 cajas de vino, un grupo de música tradicional se encargó de levantar a la gente de sus sillas para bailar hasta altas horas de la tarde.