La moratoria da un respiro a las empresas mineras para negociar
La moratoria que el Gobierno da a las compañías eléctricas para decidir la ejecución de las inversiones de adaptación a la nueva normativa de emisiones da un respiro también al asfixiado sector minero. Las empresas del carbón deben negociar un marco estable y a largo plazo de contratos con las térmicas una vez que finalice el actual mecanismo de restricciones por garantía de suministro, que tiene como fecha de caducidad finales del próximo año, sin posibilidades de prórroga. Hasta el momento los enfrentamientos por la compleja y conflictiva reglamentación del sector eléctrico, la difícil situación económica y la falta de una perspectiva clara del universo energético, al margen de la no menos enredada situación de las empresas mineras, ha llevado a retrasar las conversaciones y los compromisos sobre la compra de carbón a largo plazo para las centrales térmicas.
El hecho de que el Gobierno conceda la exepción a las eléctricas para comprometer las inversiones o no hasta octubre de 2015 también da un margen a los compromisos de compra de carbón, y por tanto de producción, rentabilidad y empleo, a las empresas mineras.
La excepción a la exención por vida útil limitada se concede a aquellas instalaciones de combustión que utilicen combustible sólido nacional, entre otras industrias afectadas por la medida.