ANÁLISIS
La guerra (interminable) del kilovatio
Eléctricas y Gobierno se intercambian acusaciones de suma de errores políticos y supuesta manipulación de los precios de la luz. El resultado seguro es un recibo más caro. El mercado intervenido, un peligro más .
No subirá ni lo que pretendía el Gobierno, ni tanto como fijaron con complejos mercados que establecen el siempre polémico precio de la luz. Pero a los ciudadanos la electricidad les va a salir cada vez más cara. Eso después de prácticamente duplicar su precio en la última década. Y todo para que los problemas de fondo sigan sin resolverse, y la gigantesca deuda del sector continúe engordando. ¿Cómo se puede pagar cada vez más, y deber al tiempo cada vez más? En los recobecos del mercado eléctrico todo desatino parece posible.
Al puñetazo en la mesa del sector en la subasta Cesur del día 19 le siguió el portazo del Gobierno anulando la operación e interviniendo el mercado. A las eléctricas les reventó el plante (aunque insisten en que no son ellas las que fijan los precios y critican que se las demonice) y al ministro Soria y sus compañeros les puede salir caro romper de nuevo las reglas de juego de un sector cuya inseguridad padeden los inversores, y los accionistas de las compañías.
El pulso se venía anunciando. Los precios de la electricidad marcaron en las últimas semanas máximos históricos. Desde las compañías eléctricas argumentan que el frío hace que se incremente la demanda (que siguió cayendo estos meses), y que hay menos viento y menos lluvia que otros años, por lo que las renovables y las energías más baratas desaparecen del pool de generación (el conjunto de fuentes para «fabricar» electricidad). También hay quien se pregunta qué pasa con el 20% más de agua que tienen este año los pantanos. El caso es que entran en el sistema de generación otras tecnologías más caras, como el carbón (aquí los empresarios mineros tienen un punto de vista bien diferente) y sobre todo los ciclos combinados. Estos funcionan con gas, ya de por sí caro y con precios inestables porque procede de países generalmente en conflicto, pero más escaso desde que Japón renunció a la energía nuclear y también lo demanda.
Con este panorama se celebró el día 19 la subasta Cesur, un mecanismo que fija los precios para el siguiente trimestre, que luego varían casi al segundo en los mercados intradiarios. El mecanismo consiste en que una compañía se compromete a vender electricidad durante tres meses a un precio, y luego trata de encontrar en la generación del día a día precios más bajos para ganar dinero.
En este mecanismo de contratos a futuro entran también derivados financieros, y un componente de especulación muy elevado. Lo controlan grandes grupos financieros internacionales desde todo el mundo. En la última subasta participaron treinta firmas, la mitad eran bancos (entre los más activos están Morgan Stanley, Goldman Sachs, Royal Bank of Scotland o Deutsche Bank), así como eléctricas extranjeras (EDP, EGL Y EDF). Las compañías nacionales del sector tuvieron una participación del 10%, así que aseguran que difícilmente pueden manipular estos precios.
El resultado de la operación fue un incremento de los precios a partir del 1 de enero del 25,6% en el precio de la electricidad. Que tiene una participación de algo menos de la mitad de lo que se paga en el recibo de la luz.
La otra mitad (el peaje) la fija el Gobierno, y son los costes en teoría controlables: lo que cuesta el sistema y el transporte, los impuestos, pero también las subvenciones a las renovables,... Esta es la parte que Industria aseguró que no tocaría, hasta que la Troika le advirtió de la urgencia de ir atajando el déficit eléctrico como una de las más urgentes del país. Así que Soria retiró lo dicho y anunció un incremento del 1,3% cada mes de enero en los peajes durante 15 años, para recaudar unos 300 millones de euros al año con los que enjugar una parte del déficit del sector.
Una y otra subida se hubieran traducido en un incremento del precio de la luz en los hogares de más del 11% a partir de la próxima semana, y ahí es donde el Gobiern dijo ¡hasta aquí! Mañana aprobará la polémica Ley Eléctrica, y fijará la subida que finalmente se aplicará. Y prepara un nuevo mecanismo de fijación de precios con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Las eléctricas reclaman subastas más frecuentes, incluso semanales, para agilizar y aquilatar los precios a la situación del momento.
La credibilidad del mercado energético español queda una vez más en entredicho, y queda por ver si este mercado le pone el cascabel al gato del oligopolio de las eléctricas, cuya capacidad de presión parece invencible.