Diario de León

Luengos

La lluvia derriba el campanario

El templo se cerró al culto en noviembre al caer un revestimiento de ladrillo y quedar a la vista el tapial de la construcción original, que se desplomó el sábado.

Los cascotes continuaban ayer desparramados en la calle tras el desprendimiento del sábado.

Los cascotes continuaban ayer desparramados en la calle tras el desprendimiento del sábado.

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A. Domingo | Luengos
León

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A la iglesia de Luengos (municipio de Santas Martas) le ha ocurrido lo que al medio rural: se vino abajo el sábado pasado por envejecimiento y falta de apoyo. Lo más seguro es que ahora haya que derribarla y construir una nueva.

La Parroquia de Santiago, en un pueblo casi vacío durante el invierno, se había cerrado la culto en noviembre, al desprenderse unos ladrillos instalados en su tiempo para darle más resistencia al tapial de la construcción original. Los oficios religiosos se habían trasladado a un ala del edificio, un salón parroquial transformado en capilla, hasta que el sábado llegó la debacle.

Según explicó el pedáneo de Luengos, Mario Evaristo Ponto, las lluvias de este año han tenido mucho que ver en el desenlace: «Habíamos pedido ya presupuestos para arreglar la torre, habían estado el arquitecto de la Diócesis y el del Ayuntamiento y esperábamos otro precio para esta semana». El presidente del pueblo señaló que los trabajos antes del desplome del sábado se habían cifrado en 24.000 euros, cifra un tanto excesiva, motivo por el que se esperaba otra valoración que iba a llegar en los próximos días.

Pero el sábado, a eso de las once de la mañana, venció toda la parte que apoya sobre el tejado y con él se hundieron todas las previsiones. «Ya me había dicho un albañil que había que sacar una viga de acero desde esa esquina para apoyar la torre. Porque todo el peso caía sobre el tejado de la iglesia y a nada que ha cedido....», explicó Evaristo Ponto.

Revoco, ladrillo y tierra de una esquina de la torre se desplomaron sobre la cubierta de la iglesia, abriendo un boquete en el tejado para que el escombro quedase apilado a un lado del altar (el derecho si se mira a la cabecera desde la entrada) y bloqueara la entrada a la sacristía. También en la calle quedaban esparcidos los restos. En su caída, el material se llevó hasta el nido de una lechuza, una oquedad en la parte afectada en la que se refugiaba el ave, que no sobrevivió.

El presidente de Luengos dará parte hoy al Obispado de León y al Ayuntamiento, con el fin de buscar una solución a la iglesia, acordonada en todo su perímetro. «No me han parecido días para dar parte», explicó Evaristo en referencia al largo fin de semana. Tampoco se había retirado ayer el escombro que quedó desparramado en la calle. «¿Quién se pone dentro, debajo de dónde ha caído a sacarlo?», se preguntaba.

De momento las misas se han trasladado a la Estación de Santas Martas, casi pegada a Luengos. El derrumbe se produjo sobre el lateral en el que se había acondicionado la capilla y no se han querido correr riesgos ni el domingo ni el día de Reyes.

Los mayores del lugar que la torre «ya se cayó hará unos cincuenta años» y de aquella se envolvió con ladrillo el tapial. «Al caer el ladrillo y quedar al descubierto la tierra.

Como se recordará, a pocos kilómetros, en Valdespino Cerón (municipio de Matanza), el otoño se llevó una cúpula.

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