Diario de León

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Acepta 18 años en el psiquiátrico por quemar una casa con 5 personas dentro

Afectado por un cuadro delirante, pensaba que las víctimas iban a matar a su hija.

El acusado, escoltado por dos agentes de Policía Nacional, a su llegada a la Audiencia Provincial.

El acusado, escoltado por dos agentes de Policía Nacional, a su llegada a la Audiencia Provincial.

León

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Juan V. G. el vecino de Canales de 54 años de edad al que la Audiencia Provincial juzgó ayer acusado de quemar una vivienda de su localidad cuando se encontraban dentro un matrimonio de avanzada edad junto a dos nietos y un biznieto, deberá permanecer 18 años en un centro penitenciario psiquiátrico de Alicante tras reconocerse autor de los hechos, que ocurrieron en julio de 2012. Las partes alcanzaron un acuerdo de conformidad en la vista oral.

«Creo que sí, que fui yo quien lo hizo», explicó el procesado, al que el Magistrado Ponente, Manuel Ángel Peñín, tuvo que reiterar la pregunta para que no quedaran resquicios legales pendientes. «Sí, sí, fui yo, no tengo dudas», repuso. Sufre un cuadro delirante que lo convierte en no imputable, al considerar la fiscal que tiene sus capacidades mentales alteradas para distinguir la realidad. «Sobre todo, cuando se le toca el tema que provoca sus delirios», explicaron los forenses.

Por eso mismo ocurrieron los hechos. La madrugada del 29 de julio del 2012, el acusado creyó que sus vecinos habían matado a su hija (que estaba viva y no había sufrido ningún daño) y tras coger una garrafa de gasolina y rociar con ella la estructura de madera de la vivienda, prendió fuego y se fue. «Decía que le habían puesto antenas de wi-fi en la cabecera de la cama, que escuchaba voces y que por culpa de esas cosas se le alteraba el perro». Aparentemente tranquilo durante la vista oral, fue escuchar este testimonio de los peritos forenses y el procesado, sentado en el banquillo de los acusados, empezó a desplegar una serie de tics que aparentemente pasaron inadvertidos para la sala. Temblores en las piernas, gestos nerviosos con la cabeza, alteraciones del pulso y soplidos...

«No hay posibilidad de que esté simulando», explicó Rosana Marcos, la forense que realizó el examen psiquiátrico del imputado. «Hay características clínicas que no se pueden interpretar y este paciente tiene un trastorno crónico delirante que le va a acompañar toda la vida. Si no toma la medicación, se le disparan los síntomas».

El acusado prendió fuego a la vivienda. Los habitantes de la casa tuvieron que saltar por la ventana, a tres metros y medio de altura. Resultado: lesiones varias, alrededor de 133.000 euros de daños en la casa, 2.000 euros de gastos de extinción del incendio... «y yo soy insolvente, no tengo capacidad para hacer frente a todo ese dinero».

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