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Un imputado frío que planeó los detalles, según la policía

El brutal suceso conmocionó a la población de Degaña, a la lacianiega donde residía el detenido y a los escolares de Matarrosa del Sil donde impartía clases la pareja de Silvia Brugos, uno de los tres asesinados.

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León

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El acusado de asesinar al padre, al hermano y al actual compañero de su ex mujer, preparó el múltiple crimen «al detalle». Antes de derribar con una gran maza la puerta de la casa en la que dormía la familia, pinchó las ruedas de los dos coches que había a la entrada y les rompió los cristales. El objetivo era asegurarse de que sus víctimas no pudiesen huir, según la tesis policial, una actitud que revelaría su terrible frialdad. Luego se desató el terror. Mató a machetazos a Manuel Ángel Brugos, de 61 años, a su hijo Roberto, de 33, y a la pareja sentimental de su ex esposa, Jorge Marqués, de 38 años. También atacó a la mujer, Silvia Brugos, y a su madre, Isabel Rodríguez, que quedaron malheridas. Mientras, sus hijos, de 6 y 11 años que también estaban en la casa, le gritaban «papá, ¿pero qué haces?».

El ataque se produjo en Degaña, concejo del suroccidente de Asturias que decretó tres días de luto y en cuya iglesia se celebró el funeral por el padre y el hijo muertos. En Ponferrada se despidió a Marqués, mientras, las dos heridas se recuperaban, Silvia, en la UVI del Hospital Universitario Central de Asturias; su madre, en el Hospital de Cangas de Narcea. «Era dantesco, los acuchillados estaban por el suelo, las puertas rotas, las paredes llenas de sangre...», relataba una de las personas que pudo entrar en el chalé tras la brutal agresión. Fue la misma Silvia quien alertó por teléfono a un familiar, «¡tío, tío, ven que nos apuñalaron a todos!», y a la Guardia Civil, que tiene su cuartel a 300 metros de la casa donde se produjo la carnicería. La patrulla llegó inmediatamente, poco antes de las 5.30 de la mañana, y sorprendió al hombre, que «trató de huir y realizó una maniobra evasiva con el coche, de manera que colisionó con el vehículo de los agentes», explicaron los portavoces policiales. Emprendió su huida conduciendo un Opel Vectra hacia Caboalles de Abajo, donde residía, a unos 20 kilómetros de donde perpetró el crimen. Su fuga duró un par de horas, hasta que a las ocho de la mañana fue detenido por la Guardia Civil en una control de carretera en Matarrosa de Sil. Presentaba lesiones provocadas supuesttamente por el forcejeo con sus víctimas. Silvia y José Manuel llevaban separados más de dos años y habían iniciado los trámites de divorcio. El matrimonio vivía en Caboalles y se rompió tras una década. Ella se trasladó entonces a Degaña. Los niños de la pareja habían pasado el fin de semana con el padre en León, que los devolvió al hogar materno a las nueve de la noche. Ella estaba celebrando los resultados electorales de esa misma jornada que la convirtieron en concejala en El Forno (Cerredo). Regresó a las dos de la madrugada, hora en que presuntamente recibió una llamada de su ex marido diciéndole: «Ya eres concejala, seguro que estás muy contenta, pero lo vas a pagar».

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