Los Brugos regresan los fines de semana
La familia, que se trasladó a Gijón por motivos laborales tras el suceso, visita el pueblo «casi todos los fines de semana» y mantiene la reserva sobre el caso
El juicio contra José Manuel Álvarez reabrirá en Degaña las heridas de la violencia contra las mujeres, un municipio que en 2004 perdió a Sheila Barrero, muerta tras una agresión sexual en un caso que no se ha cerrado. «Siempre queda algo» de unos acontecimientos que tuvieron repercusión nacional, señalaba Elías Barrero, padre de la víctima y amigo de la familia Brugos. Silvia Brugos, los hijos que tuvo con Álvarez, y la abuela de éstos dejaron Degaña tras el crimen, pero no cortaron su relación con el pueblo. Silvia compatibiliza su actividad como concejala del grupo socialista en el Ayuntamiento —la agresión se produjo en la noche de las elecciones locales, cuando resultó elegida— con un trabajo en Gijón. Pasado el tiempo y tras unas reformas en la casa paterna «vienen casi todos los fines de semana», señalan familiares. Un hermano de ella reside y trabaja en el municipio, lo que supone un aliciente para visitar el pueblo.
Junto a su madre, Isabel Rodríguez, ambas han intentado rehacer sus vidas, aunque han quedado «muy marcadas» por lo ocurrido, comentó Barrero. Los hijos de José Manuel Álvarez y Silvia Brugos, que se encontraban en la casa familiar cuando se produjeron los crímenes, «se recuperan bien. Son muy jóvenes», explicó Barrero.
Con motivo del aniversario del suceso, la corporación municipal de Degaña celebró un Pleno para condenar los hechos y ratificar su apoyo a la familia. También se organizó una misa por los tres fallecidos. En la concentración se volvió a ver a Silvia Brugos, que, con el resto de su familia, ha tratado de llevar una vida normal y, ante todo, discreta. De hecho, no ha querido comentar a los medios de comunicación el terrible suceso.