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ATENCIÓN SANITARIA EN LOS PUEBLOS

Grajal espera a su médica a 0 grados

Los pacientes sufren en silencio, con frío y casi a oscuras, el madrugón para ir al médico —a las 8.15 horas—impuesto por la Gerencia de Atención Primaria de León: «Tienen miedo a protestar por si se lo quitan», asegura Belén Junquera.

María Santos salió de casa de noche, a las siete y media, para acudir a la consulta médica y esperó a la puerta la llegada de la médica a 0º C.

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Ana Gaitero | Sahagún
León

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A las ocho y cinco de la mañana María Santos, de 83 años, espera a la puerta del Ayuntamiento de Grajal de Campos. Aterida de frío, va al médico a por unas recetas y a ver si cura el catarro. El consultorio está cerrado. Lo abre la médica cuando llega desde Sahagún.

Son ya las 8.20. El termómetro marca 0 grados centígrados. «Como el coche está a la intemperie he estado diez minutos para quitar el hielo», se excusa la médica. El nuevo horario de consultas —a las 8.15 horas— impuesto a la facultativa Belén Junquera para poder utilizar el vehículo oficial del centro de salud, tal y como le permite una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, obliga a los pacientes del pueblo vecino a madrugar y, si están citados a primera hora, a esperar a la intemperie.

A la gente mayor le gusta llegar puntual al médico. María tiene que andar casi un kilómetro desde su casa, en la carretera a Escobar de Campos, hasta la majestuosa plaza Mayor de Grajal donde está el consultorio. «Con eso de que tenía que venir no he dormido en toda la noche», comenta.

A las 8.15 llega Juan Miguel. Va por un parte de baja. Sabe que el cambio del horario de la consulta se debe a «un pleito». El 1 de febrero Sacyl hace efectiva la ejecución de la sentencia con las condiciones estipuladas por el gerente de Atención Primaria de León: Lunes y viernes, entre las 8.15 a las 10.15 acudirá al consultorio de Grajal de Campos y miércoles de 8.15 a las 9.15 acudirá al consultorio de Grajal y entre las 9.20 y las 10.20 irá al consultorio de Escobar de Campos».

«Como médica es buenísima, tiene genio, pero si ve algo enseguida te manda a León», afirma el paciente. No le importa madrugar, claro que «podían abrir antes el consultorio, pero eso corresponde al Ayuntamiento...», apunta mientras explica los secretos de la torre de cinco esquinas «a la que le falta una para cuatro». En Grajal pasa el tiempo despacio, pero no hay tiempo para aburrirse.

El consultorio médico está calentito. El Ayuntamiento ha puesto un temporizador para que la calefacción empiece a funcionar una hora antes. Pero no dispone de personal para abrir la puerta antes. «Este horario es muy malo para un pueblo donde la gente es mayor y tiene que venir de noche», afirma el alcalde, Francisco Espinosa. Mantener un consultorio «es un gasto que significa mucho, de luz, de limpieza y de calefacción», lamenta.

En la sala de espera dos paneles están dispuestos para indicar el turno de entrada a la consulta médica y la de enfermería. No funcionan. Los pacientes se van avisando de viva voz cuando salen de la consulta. María entra y se despide: «Ahora marcho a casa, la farmacia no abre hasta las 11.30». Otra paciente prefiere esperar un rato sentada en el consultorio a la llegada de la enfermera, María José. «Cuando marche la médica, viene la enfermera», comenta. Al contrario de lo que sucede en la mayoría de las consultas de Atención Primaria en las de Grajal y Escobar de Campos la médica y la enfermera no se ven ni comparten el 65% de la consulta.

«El gerente nos ha dicho esta misma semana que no va a tener tiempo común con la enfermera, algo que va en perjuicio de los pacientes», subrayan Antonio Rascón y Luis Ángel Ruiz, del Sindicato Médico de Castilla y León (Simecal). Esta organización respaldó la apelación de la médica ante el Tribunal Superior de Justicia y sabe que traerá cola. Simecal consiguió, en Palencia, el reconocimiento del descanso postguardia para los médicos de Atención Primaria. En mayo hace un año que se aplica en León. «Años atrás también planteamos como conflicto colectivo la jornada de lunes a viernes», subraya Rascón.

La Junta no ha comentado la sentencia ni las medidas adoptdas para darle cumplimiento. La instrucción del gerente de Atención Primaria de León da prioridad a los servicios veterinarios sobre los médicos para el uso del coche de Sacyl. El cambio del horario ha afectado a la demanda de consultas: «Ahora tiene menos gente. Es normal, la gente deja de ponerse mala para no venir a estas horas a consulta», comenta otra vecina de Grajal.

«Aquí somos poco de quejarnos, no nos duele nunca nada», afirma Fe sobre el adelanto horario y la falta de reacción por parte de la población. «Hay tanto miedo con la reestructuración sanitaria que la gente prefiere no quejarse no vaya a ser que les quiten el médico», asegura Belén Junquera.

Ana es una de las más jóvenes del pueblo y es madre de la habitante de menos edad, una niña de dos años. A ella le viene bien el adelanto horario, «porque voy a trabajar a Sahagún». De lo que se queja es de que «no me cojan el teléfono en el centro de salud de Sahagún: llevo llamando desde las 8 y me han cogido a las nueve menos veinte», alega.

A las nueve y media la médica sale con el coche en dirección a Escobar de Campos. Aquí la gente espera dentro del consultorio caldeado por la catalítica. Aurelio Garrán, teniente de alcalde y uno de los pocos vecinos que reside en invierno en el municipio más pequeño de León, es el encargado voluntario de esta tarea. «Dice que la quiero, claro si no fuera yo estaba arreglada doña Belén», comenta el hombre.

Y sobre todo, los vecinos. La mayoría van a por recetas, como Virtudes, que está a punto de ser abuela. «Estoy encantada con la médica que tengo. Somos pocos, todos mayores y nadie tiene coche. Un taxi a Sahagún nos cuesta 20 euros», explica. Desde enero, el pueblo sólo tiene una hora de consulta semanal y «con esta hora nos matan». La orden de frecuentación asistencial estipula que no hay obligación de atender consultorio en los núcleos de menos de 50 habitantes. Entre 50 y 100, tienen derecho a una consulta, aunque no se fija el tiempo.

«Lo único que tenemos»

La gente no conoce estas normas, aunque ahora el consejero de Sanidad habla de tarjetas sanitarias y no de habitantes. «No hay derecho que por el mero hecho de ser pocos en el pueblo nos quiten lo único que tenemos», recalca.

«En invierno sobrará con una hora y lo mismo en el verano tiene que hacer dos», apunta el alcalde, Segundo Velasco. Los ‘Segundos’, el alcalde y su padre, entran en la consulta. Escobar es el último pueblo de León saliendo para Palencia. Tiene un edificio de usos múltiples imponente (casa consistorial y tele club) que se abre los sábados y domingos, pero la torre de la iglesia lleva casi un año resquebrajada y el cura ya no va a dar misa los domingos.

Es tarde y la médica no para a tomar café con Aurelio. Una vecina se acerca «a saludar a doña Belén». A las once está en la consulta de Sahagún, en un despacho que antes era sala de espera y apenas tiene espacio para la camilla de exploraciones. La persiana no funciona. El centro de salud, de 1991, se ha quedado pequeño y no hay visos de uno nuevo. «Iban a hacer uno y dijeron que había una laguna...», comenta.

Hace tres décadas que Belén Junquera trabaja en la comarca y hasta hace poco residía en Sahagún, pues su marido, Luis Ángel Ruiz, también es médico en el centro. «Cuando llegué había 9.000 habitantes en la zona de salud. Ahora serán 6.000», explica.

El centro de salud carece de medios de diagnóstico y la única especialidad que tiene es pediatría. Ruiz realiza cirugía menor desde hace una década —700 operaciones que no han tenido que hacerse en León— y cree que compatibilizar la sanidad con la despoblación pasa por reforzar el centro de salud de Sahagún, potenciar el transporte a la cabecera —como ya se hace los viernes para el Sintrom— y dotar de medios. Sahagún pierde dos plazas médicas —Villamartín de Don Sancho y San Pedro de las Dueñas— y una de enfermería.

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