Una obra sobrecogedora

«Se trata de un Cristo sobrecogedor. Éste es el patrimonio más auténtico porque une lo material y lo inmaterial en una obra en la que el artista imaginó lo que sentía, su devoción religiosa. Y la entregó al pueblo que ha hizo suya», afirmó el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, que asistió ayer a Valencia de Don Juan para entregar a la Hemnadad de Jesús de Nazaret la talla del Cristo Yacente y la Urna restauradas en el Centro de Restauración de Bienes Culturales de la Junta ubicado en Simancas. «Quiero manifestar mi satisfacción por este tipo de actuaciones. Tenemos un gran patrimonio y unos grandes profesionales de la restauración. Es un orgullo para Castilla y León», añadió.

La talla del Cristo Yacente data del principios del siglo XVI, «y, a pesar de su antiguedad, no había sido restaurado nunca. Esto es una suerte para nosotros», explicó Juan carlos Martín, uno de los restauradores. La imagen está realizada en madera de pino, muy bien conservada. Tiene un buen estudio anatómico. La policromía está hecha sobre una base verdosa y los tonos ocres se realizaron con una resina «lo que le da aspecto natural y dramatismo a la pieza», asegura. El paño que cubre la cintura y el pelo natural también son originales. Lo más singular de la talla es que es completamente articulada (en cuello, hombros, caderas, piernas...) con piezas metálicas o con cuero. Puede convertirse en un Cristo Crucificado y es muy posible que en el siglo XVIII se realizase con él el acto del desenclavo o descendimiento. Desde entonces permanece yacente. Principalmente se ha actuado sobre la resina exterior que estaba deteriorada, principalmente por la cera de la velas. Se le reconstruyeron tres dedos de la manos. «Hemos intentado no traicionar la dimensión histórica d ela pieza».

También se restauró la urna en la que descansa.

Al acto asistió el alcalde, representantes de la Hermandad y otras personalidades.