Desaparece de madrugada otro perro de la Perrera Municipal
Los ladrones, que ya actuaron en marzo, rompieron una valla.
Los cacos abrieron un agujero en la valla, que las voluntarias cerraron con una malla y madera.
Ha pasado de nuevo. Las instalaciones de la Perrera Municipal de Astorga volvieron a ser el blanco de los ladrones la madrugada del sábado al domingo. En esta ocasión —la segunda vez desde marzo que los cacos actúan en estas dependencias— se llevaron un perro de raza Pointer que responde al nombre de Duncan. Como se recordará este ejemplar de caza ya fue sustraído hace algo más de dos meses, junto a otros dos perros, aunque en aquel momento apareció a las pocas horas en las inmediaciones de La Bañeza.
Esta vez las personas que actuaron durante la noche abrieron un agujero de gran tamaño en la valla de las viejas instalaciones por donde accedieron al interior del patio, donde Duncan estaba con otros animales. Así lo explicó una de las voluntarias de la perrera, Violeta Nistal, quien confirmó que fue otra compañera la que dio la voz de alarma a primera hora de la mañana de ayer al comprobar que faltaba de nuevo este perro. A última hora del sábado estaba.
Las voluntarias ya han denunciado los hechos en la Comisaría de Astorga, ante la Policía Nacional, además alertaron a los locales que se personaron en las instalaciones para recabar pruebas.
Las personas que cuidan la perrera estaban ayer muy disgustadas ante lo ocurrido y aunque aún no saben con certeza a que pueden responder este tipo de hechos, lo achacan a que alguien quiera sacar algo de dinero vendiendo al perro en el mercado negro o incluso «por simple capricho». Aún así una de las voluntarias reconoció que el ejemplar no sirve para criar y atribuyeron el acto a «alguien con muy pocos escrúpulos». No obstante, Nistal también reconoció que los perros no se entregan a cualquier persona y adelantó que «puede haber quien no esté dispuesto a pagar los 30 euros obligatorios porque todos los animales tienen microchip». Además, la voluntaria incidió en las facilidades que pueden encontrar los cacos para llevarse a los animales. «Aquí no hay ninguna medida de seguridad y por la noche es una zona alumbrada», denunció, una vez más, el personal de las instalaciones.
Una reunión
Al respecto, la alcaldesa, Victorina Alonso, que también lamentó lo ocurrido en la perrera, aseguró que esta semana se reunirá con las voluntarias para analizar la situación y «valorar las posibles medidas de seguridad que puedan instalarse», confirmó la socialista.
Mientras tanto, el personal de las instalaciones ha comenzado a difundir a través de las redes sociales la desaparición de Duncan, que es un perro que pesa aproximadamente 20 kilos, que responde si se le llama, que es de color negro, tiene algunas manchas blancas y además es de carácter dócil. Desde el PAL, tras conocer lo ocurrido, reiteraron su solicitud de instalar videovigilancia para garantizar la seguridad en la perrera y exigen medidas y soluciones «reales» para estas dependencias.