«Le pedimos a la Seiasa que no recibiera las obras al finalizar la garantía»

El presidente del Sindicato de Regantes del Páramo Bajo de León y Zamora, Herminio Medina, detalló el número de reventones por sector desde que en el año 2010 se empezaran a regar en alta presión hasta completar el centenar y explicó que en el 2012, con 65 averías y viendo que expiraba la garantía de las obras, con 65 averías, se remitió una carta a la Seiasa «para que no recibiera las obras porque esto es una chapuza de obra». La superficie regada en principio fue de 1.500 hectáreas, posteriormente se amplió al 70% y en la actualidad alcanza las 11.250.

A consecuencia de los reventones las piedras han entrado en las tuberías, de manera que «en algunas zonas tenemos el 40% de la tubería llena de piedra, por lo que estamos fastidiando todo el amueblamiento a los productores y resta presión y caudal». Lo que se une a «la inundación de parcela y la pérdida del fruto» del propio reventón, «pero aquí nadie quiere saber nada». En las múltiples reuniones con la Seiasa «sólo nos han dado buenas palabras».

Medina señaló que con el precio de licitación de la obra la comunidad tenía que afrontar 13.800.000 euros, cantidad que ascendió a los 16.600.000 una vez finalizada: «2,8 millones de más, entendemos que por un modificado para mejorar la obra, pero vean ustedes la mejora que tenemos aquí». La obra se adjudicó con una baja del 20% y después fue necesaria una ampliación.

Medina recordó que la asistencia técnica de las obras costó 570.000 euros, «de los que la comunidad aportó 170.000», a la que apuntó como «una de las responsables de todo este fracaso de obra».

Ni las remotas que abren y cierran los hidrantes de forma automática se salvan del desastre. «De 300, 120 hay que tirarlas al desguace» y si se han conseguido arreglar las averías es gracias al apoyo de otras comunidades de regantes y del trabajo de Tragsa. Pese a estos problemas, el Bajo Páramo apuesta por el regadío modernizado.