Las riberas estimadas

El Ayuntamiento de Villademor de la Vega se encuentra enfrascado desde hace meses en dilucidar su propiedad sobre 19,19 hectáreas situadas junto al río Esla que en la actualidad explota la Junta de Castilla y León.

Todo se remonta al año 1968 cuando el Boletín Oficial del Estado, del 25 de octubre, publica una Orden Ministerial por la que las denominadas «riberas estimadas» pasan a ser propiedad del Patrimonio Forestal de Estado. Se trata de terrenos potencialmente inundables y lo que se pretende es evitar que se construyan edificios, naves, industrias... que en las crecidas invernales del río sean arrastradas por las aguas, además de proteger dichas riberas, precisamente, de los desbordamientos por medio de plantaciones de arbolado. En el caso de que no existiera protesta alguna en el plazo de tres meses, la orden pasaba a ser definitiva. «Ya sabemos como se firmaban aquellas cosas por los alcaldes. Venía el gobernador, le decía ‘firma aquí’ y listo», señalan desde el Ayuntamiento, que aseguran que esos terrenos fueron trasferidos «a golpe de boletín, sin existir propiamente dicho un proceso de expropiación sino por medio de una actuación peculiar».

Con la llegada de la democracia y del Estado Autonómico esos terrenos pasaron a la Junta de Castilla y León que desde entonces los explota con plantaciones de chopos.

En esta situación se encuentran centenares de hectáreas en decenas de municipios de la provincia de León. En el caso concreto de Villademor de la Vega se trata de 19,19 hectáreas incluidas en dos parcelas municipales de unas 70 hectáreas en total. El caso es más sangrante, comentan desde el Ayuntamiento, porque se trata de fincas que ni siquiera eran municipales, sino que se trata de terrenos comunales, que no se pueden enajenar porque siempre fueron del común de los vecinos, para su uso y aprovechamiento. Éstas eran utilizadas como pastos para el ganado.

Desde fuentes municipales aseguran que lo que un día tuvo un objetivo de proteger las riberas hoy tiene ya poco sentido ya que con la construcción del pantano de Riaño, las crecidas de antaño son prácticamente inexistentes. Además, dicen, la Ley de Aguas deja claro que el que un terreno sea inundable no da ni quita propiedad. Otra cosa es que haya una regulación administrativa específica sobre el mismo que permita o no ciertos aprovechamientos o construcciones.

Además, señalan, que el Ayuntamiento las aprovecharía para lo mismo que hoy lo hace la Junta de Castilla y León (plantación de choperas y extracción de gravas), suponiendo una importante fuente de ingresos municipal.

A mayores, las fincas están inscritas tanto en el Registro de la Propiedad como en el Catastro a favor del Ayuntamiento de Villademor de la Vega.

Y existe jurisprudencia al respecto. En el año 1979 el Ayuntamiento de Villaornate y Castro litigó con el Estado por un tema de deslindes respecto a las riberas estimadas. Y ganó.

El Ayuntamiento de Villademor de la Vega sólo pretende que si esos terrenos fueron propiedad del común de los vecinos, vuelvan a ellos.