El oso amplía su área de influencia con presencia en municipios no habituales
Castilla y León, Asturias y Cantabria priorizan la conexión de las poblaciones oseras.
El oso pardo sigue ampliando su área de influencia. Según los últimos datos del censo, los plantígrados han aumentado sus asentamientos con presencia de ejemplares en municipios fuera de su localización estable como los páramos leoneses, el norte de Asturias, en zonas limítrofes entre Cantabria y Burgos, así como en la sierra de Sanabria, en Zamora. Así lo adelantó ayer el director general del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, que aseguró que «además de que la población es más densa en las zonas tradicionales, se han documentado nuevos avistamientos en puntos limítrofes y en otros lugares más remotos».
El director aseguró «la importancia de esta incursión» y confirmó que el objetivo de Castilla y León, Asturias y Cantabria es la conexión de las poblaciones, tanto oriental como occidental. Al hilo, y junto a la directora general de Recursos Naturales del Principado, Fina Álvarez, y el director general de montes de Cantabria, Javier Manrique, Arranz subrayó que el censo establece una población estimada de osos en la Cordillera Cantábrica que ronda los 200 ejemplares, afirmando que se mueven por todo el territorio sin entender de fronteras.
Además, resaltó el incremento del número de osas con crías, que son las que permiten conocer la evolución de esta especie, y que en el último ejercicio asciende a 30 osas con 57 oseznos. De ellos, 26 osas y 50 oseznos pertenecen a la subpoblación occidental, mientras que cuatro osas y siete oseznos corresponden a la subpoblación oriental, consolidando así una tendencia al alza, que pone sobre la mesa que la población se ha triplicado en los últimos años.
Esta realidad es especialmente significativa en el caso de la subpoblación occidental y que es más incipiente en la oriental. Además, y como dato relevante que garantiza la presencia, recuperación y conservación de la especie, casi un tercio de las osas con crías se localizan en Castilla y León, con nueve de las 30 osas pardas con crías que se estiman en la Cordillera Cantábrica. En concreto cinco osas en la zona occidental y cuatro osas en la oriental, situándose, además, en las zonas cercanas al corredor interpoblacional leonés, en la comarca de Babia, lo que permitiría afianzar el paso de ejemplares entre ambos sectores volviendo a ocupar antiguas zonas de crías. En cuanto a la consolidación del corredor interpoblacional, los directores de las tres comunidades destacaron una serie de actuaciones en el medio rural, como desbroce selectivo, recuperación de zonas arboladas o la permeabilidad con las infraestructuras para que en el futuro sea posible hablar de una única población osera.
Con todos estos datos sobre la mesa, Arranz confirmó que «el número de plantígrados se va incrementando de forma consecutiva». Además, desde las tres administraciones destacaron el papel que juegan las asociaciones, los agentes medioambientales, las juntas vecinales o los ayuntamientos a la hora de contabilizar la población y aseguró que «con estos buenos datos las interrelaciones serán más frecuentes».
Incidencias y furtivismo
En cuanto a las incidencias, el representante de la Junta destacó que no se ha registrado ninguna fuera de lo normal, aunque puso el acento en los daños a las colmenas. En este punto aseguró que en la zona de la comunidad, así como en el Principado se han registrado 900 ataques en cada caso y 90 en Cantabria. Por eso calificó los daños como «moderados» y puntualizó que estos entre las tres comunidades supusieron aproximadamente 350.000 euros. Finalmente en relación al furtuvismo, Arranz incidió en que en el caso del oso es algo «residual y anecdótico» porque estas acciones suelen ir dirigidas fundamentalmente a otras especies cinegéticas, como el lobo.