Jovenes, con ilusión y mucha presencia femenina

El presidente del Consejo Regulador de la DO Tierra de León, Pablo San José, consideró ayer que «se están haciendo las cosas bien» de cara al posicionamiento de los caldos leoneses en el mercado nacional. «Nos tenemos que apoyar en dos pilares fundamentales: la nobleza de las variedades, tanto del prieto picudo como del albarín, y su singularidad, ya que son únicas en el mundo, por eso si unimos que son dos variedades nobles tan buenas como cualquier denominación y al mismo tiempo que son únicas, tenemos un producto con un gran potencial». Además considera que su relación calidad precio ayuda, ya que «estamos en un momento en el que los vinos caros no se están vendiendo por la crisis económica y porque si algo se suprime es lo accesorio, y un vino es algo de lo que se puede prescindir en un momento dado, por eso estamos dando pasos muy buenos, porque somos una denominación pequeña, joven y con mucha ilusión».

San José se muestra muy orgulloso de la colaboración entre las bodegas. «Somos 40 socios, con un componente joven muy importante. Sobre todo hay unas bodegueras que es admirable la ilusión con la que trabajan mañana, tarde y noche, tanto en la bodega como en la promociones. Además tienen mejores condiciones para catar que los hombres, porque sus pupilas gustativas son más sensibles».

De la misma opinión es el bodeguero Ángel Rey, de Los Palomares, que apunta que «pese a la bajada generalizada del consumo del vino, la marca leonesa ha incrementando sus ventas y sus bodegas lo que es una magnífica señal que demuestra que estamos haciendo las cosas bien».

Susana de la Riva, de Bodegas Peláez, destacó la buena acogida que están teniendo los caldos leoneses entre los prescriptores, que destacan «el carácter que imprime en ellos el prieto picudo, y que los aleja de otros vinos más sintéticos, que son aquellos que aunque tienen un sabor muy agradable no tienen chispa».