La falta de piezas retrasa el cambio de la tubería dañada en el Páramo Bajo

Las obras de sustitución de tuberías en el Páramo Bajo comenzarán cuando estén disponibles las tuberías y las piezas necesarias, según manifestó el presidente de la Comunidad de Regantes, Javier Alonso. Y es que el acuerdo alcanzado con la Sociedad Española de Infraestructuras Agrarias, S.A. (Seiasa) el 24 de junio para sustituir las piezas defectuosas o que presentaban problemas por posibles vicios de obra ha chocado con «un problema burocrático».

Alonso explicó que Seiasa «encomienda a Tragsa las obras y hasta que no firma el contrato no puede realizar el pedido, que se ha realizado recientemente». En principio no hay fecha para el inicio de las obras —para esta primera fase se estimó una ejecución de obra por valor de obra 5 millones de euros—, aunque los regantes estiman que el material podría llegar «a finales de octubre». En cualquier caso, Alonso espera que no llegue diciembre sin que hayan comenzado los trabajos programados para este año, consistentes en la reposición de 9 kilómetros de tubería desde la estación de bombeo de Villamañán.

«Tenemos el compromiso de que cuanto más tarde comiencen los trabajos más equipos se encargarán de su ejecución», manifestó Alonso, ya que las sustituciones programadas tienen que realizarse entre las campañas de riego, del 1 de octubre al 1 de abril. «Nos han asegurado que se completarán los nueve kilómetros previstos».

Según el acuerdo del 24 de junio, las reparaciones en el Páramo Bajo se ejecutarán en tres años, comenzando por las obra descrita en el Sector I, para acometer en los dos años siguientes el cambio de las piezas especiales en el Sector V —que presentan problemas— y de las remotas —dispositivos que permiten el control del riego desde teléfonos móviles— en el Sector II. Las actuaciones tendrán un coste de 7 a 210 millones de euros.

El total de avería que ha registrado la zona regable este año asciende a 31, según informó alonso, con un total de 119 desde que en 2009 se puso en marcha la modernización.

Cabe señalar que este periódico se ha dirigido a Seiasa para conocer detalles sobre tramitación, planificación de las obras y sobre la posible responsabilidad de las empresas adjudicatarias de las obras sin que se haya obtenido respuesta.

En cuanto al pago de indemnizaciones a los agricultores por los daños sufridos a consecuencia de las averías, Alonso apuntó que Seiasa tramita su pago a través del seguro de obra y, de hecho, «los peritos han visto los daños. Podría darse el problema de que luego el seguro no asuma las indemnizaciones, pero eso es una pelea de la Seiasa». A los regantes «nos da igual quién nos pague, aunque tendríamos que ir contra Seiasa si el seguro no se hace cargo».

Por el momento no existe una valoración de los daños sufridos, ya que será a final de campaña cuando se efectúe «en virtud de la producción que registre la superficie de las fincas que no se haya visto afectada por los daños. De esta manera, se obtiene una valoración acorde a la realidad de la campaña», explicó Alonso.