HOMENAJE EN PANTALLA
Los últimos días de Vegamián emergen gracias al celuloide
Julio Llamazares vuelve a Vegamián, al pantano que le convirtió en apátrida y despertó su pasión poética. Regresa hoy a través de los archivos de Televisión Española en Crónicas de La 2 y lo hará a principios del 2015 con su nueva novela ‘Distintas formas de mirar el agua’
Corrían los últimos días del otoño de 1968 cuando las aguas del Porma anegaron los pueblos de Vegamián, Campillo, Ferreras, Quintanilla, Armada y Lodares. Era la época de los pantanos y del desarrollismo. Otros dos pueblos, Utrero y Camposolillo, murieron al quedar bajo el embalse sus tierras de labor.
Esta noche, Vegamián vuelve a emerger sobre las aguas del pantano —ya lo hizo en dos ocasiones desde que se anegó el valle— gracias a los archivos de Televisión Española. El programa Crónicas, que emite La 2 a las once de la noche, rescata en Los días en celuloide, con guión de Juantxo Vidal, imágenes del fondo documental de la televisión pública que en su proceso de digitalización dan testimonio y retratan la España desde los años 50, cuando nació la televisión en el Paseo de La Habana. Entre estas joyas del celuloide aparecieron un reportaje realizado en los pueblos de Vegamián y Utrera poco antes de la inundación y unas imágenes de la primera vez que fue vaciado el embalse, en pleno invierno, a principios de los años 70.
El escritor Julio Llamazares, nacido en Vegamián, participa en el programa y contempla las imágenes de su pueblo y los testimonios de los últimos habitantes antes de marcharse a vivir a la ciudad o a pueblos de colonización en la provincia de Palencia, como La Laguna de Nava.
«Impresiona verlo —dice Llamazares contemplando el paisaje de su infancia—. Yo he conocido algunas personas de éstas que todavía viven y todavía siguen como fuera del mundo. La mayoría volvieron a emprender otra vida, pero nunca dejaron la vida anterior, ni nunca olvidaron, ni nunca se acostumbraron, porque lo que les ocurrió es muy duro».
Los testimonios son ‘favorables’ al pantano, lo que hace sospechar al escritor que «estaban un poco adoctrinados». Un hombre dice «se sacrifica por la patria» y una joven de 18 años comenta que le da pena dejar el pueblo pero «le han dicho que en León hay muchos bailes».
Lo que más le impactó son las imágenes del pueblo cubierto de nieve cuando el pantano fue vaciado en los años 70. «Se ven los pueblos enteros en color y nevado. Es la imagen de un pueblo amortajado», comenta. Julio Llamazares nació en Vegamián «por casualidad», pues su padre era el maestro. Cuando contaba apenas tres años de edad, la familia se traslada a Olleros de Sabero, pero el pantano ha marcado su vida, porque le convirtió en un ser de «ninguna parte», y su obra literaria porque fue allí donde nació su pasión poética. A Vegamián volvió para rodar El Filandón y retorna en febrero con su nueva novela Distintas formas de mirar el agua .