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La bañeza

Matanza de cartón piedra

San Antón reinventa la tradición dando mil raciones de chichas, paseando un cerdo de corcho y bailando los sones de siempre.

Un matarife lleva al cerdo de corcho al centro cultural, donde se reparte picadillo en una matanza incruenta.

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a.g. valencia | la bañeza
León

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No hay mes de diciembre sin matanza. La antigua costumbre de sacrificar al gocho con la llegada del intenso frío para llenar las despensas de las casas y asegurarse el alimento para todo el año aún se mantiene en muchos puntos de la provincia, principalmente en los pueblos, donde todavía las familias se reúnen para perdurar una tradición que durante años resultó indispensable.

En La Bañeza no son menos y ayer la Cofradía de San Antón organizó su popular cita de exaltación del gocho y la matanza. Aunque no se sacrificó al animal, como sí se hizo durante los primeros años de este evento que ya cuenta con quince ediciones a sus espaldas, el gocho estuvo más que presente en la fiesta. Un cerdo, a tamaño natural, de corcho y cartón piedra recorrió las calles de la ciudad. Un colaborador y asiduo a la cita se encargó de darle el ‘último’ paseo de este año pues en varias ocasiones sacó el cuchillo para tratar de cumplir con la costumbre de antaño.

Los hermanos de la cofradía pronto comenzaron con los preparativos de la jornada y desde el mediodía en el pasadizo del centro cultural se dejó notar un rico olor a chichas. Un recipiente enorme, paciencia y buenas cucharas de madera fueron los instrumentos para cocinar la carne, en total 125 kilos de chichas, una parte donada por Embutidos Rodríguez.

Antes de que comenzara el reparto, pasada la una, muchos eran los que formaban una cola para aguardar su turno y recoger una ración de chichas, pan y bebida. No hay mejor aperitivo para homenajear al cerdo.

Los cofrades ofrecen este menú gratis a todo el que se acerca año a año. En esta ocasión las cuentas tampoco fallaron y los hermanos repartieron más de mil raciones de carne. Los niños y los abuelos y hasta algún que otro perro se sintieron atraídos por el olor de la tradición, que aunque no contó con el sacrificio del animal, si permitió a los bañezanos degustar y saborear al gocho.

El grupo de música tradicional Bañezaina puso el ritmo al aperitivo. La dulzaina y el tamboril recuperaron los sonidos de siempre para animar una jornada donde el cerdo sigue siendo el rey, aunque sea de corcho. Los hermanos de San Antón convidaron a todos aquellos que quisieron compartir con ellos una mañana de exaltación del gocho. El pasadizo y la plaza de Los Cacharros pronto se convirtieron en dos comedores improvisados donde los participantes terminaron su bocado de chichas y apuraron los últimos sorbos al vino.

El sol ayudó a que muchos compartieran esta jornada, que para los hermanos de San Antón supone la despedida del año. No tardando, a comienzos de 2015, los cofrades procesionarán a su patrón y volverán a disfrutar de lo bueno de la tierra.

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