El Burgo Ranero
Multado con 80 euros por parar en la vía con una carretilla
El denunciado se detuvo para conversar con un conocido en la travesía del pueblo cuando apareció una patrulla de Tráfico.
El boletín de denuncia causa extrañeza en las redes de sociales después de haber sorprendido al mismo denunciado y a los vecinos de El Burgo Ranero que conocen el caso. Incluso el denunciado pensó que nunca recibiría la sanción.
El asunto se remonta al 28 de septiembre, pasadas las once de la mañana, cuando Juan Luis Barreales, ganadero, caminaba desde su explotación ganadera a su casa con una carretilla de mano cargada de alfalfa «para los conejos». Recorría la carretera provincial LE-6620, ya travesía, «en el caso urbano de El Burgo, según la versión del ganadero. Fue entonces «cuando encontré a un vecino poniendo ladrillos y me paré para saludarle». Ambos departían cuando en ese punto se detuvo un coche patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, del que descendió uno de los agentes: «Me dijo que no podía dejar ahí la carretilla y que me tenía que denunciar, por lo que me pidió el carné de indentidad. No lo llevaba encima y me ofrecía a ir a casa, porque estaba al lado o que le podía dar el número, que me sé de memoria», opción por la que se decidió el guardia.
El problema para el agente surgió cuando la impresora que emite el boletín de denuncia «no funcionó, así que se subió al coche a hacer algo y bajó su compañero, muy amable, con el que estuvimos hablando. Yo creo que sentía vergüenza por lo que hacía el otro». Finalmente, tras indicarle que recibiría el boletín de denuncia en su domicilio, la patrulla abandonó el lugar.
«Anda que no habré pasado veces por ahí con la carretilla y la de ocasiones que me habré cruzado con ellos sin que ocurriera nada», lamenta el ganadero, que incluso llegó a pensar que nunca recibiría la notificación. Pero llegó recientemente y optó por pagarla en periodo de abono voluntario. Así, los 80 euros se quedaron en 40 por la bonificación por pronto pago.
Con su aparcamiento de carretilla, Barreales violó el artículo 4.2 del Reglamento General de Circulación, que prohíbe «depositar o abandonar sobre la vía objetos o materias que puedan entorpecer la libre circulación, parada o estacionamiento», reseña la multa, que precisa que el ganadero «deja carretilla de mano cargada de un fardo de paja en medio de la calzada en zona de estrechamiento y curva».
«Estábamos ya en casco urbano, a unos dos metros del cartel que dice «calle Fray Pedro de El Burgo, ya a unos 40 metros o más desde que empieza el pueblo. Hace años aquello era carretera y hoy no lo sé», precisa un Barreales que no comprende lo sucedido. «Algunos me decían que era broma».
Barreales no se planteó recurrir una denuncia por un hecho que considera insignificante, fruto de un exceso de celo por parte del agente. Pero la historia tiene sus antecedentes. El guardia y el denunciado ya se había conocido el 13 de junio de 2013 —así quedó patente en el transcurso del sucedido de septiembre—, cuando al ganadero le llovieron siete denuncias de una sola vez por transportar forraje en un tractor con remolque sin observar las prescripciones legales. «Todavía me perdonaron alguna multa», reconoce el ganadero que, sin embargo, apunta que los agentes «saben cómo vamos todos en los pueblos».
Barreales describe que no había instalado el toldo, ni puesto las placas del remolque a las del tractor que lo arrastraba; tampoco había adaptado los retrovisores, ni conectado el freno hidráulico ni las luces del remolque. Además, «llevaba al chaval en la cabina y no se puede y tampoco tenía el carné de conducir. Cuatro me puso él —el mismo guardia que le denunció en septiembre— y otras tres su compañero».
No le duelen prendas en reconocer que en la ley está escrito, pero no le faltan disculpas: «Al tractor le sobra freno para detener el remolque cargado de paja —antes lo detenía un par de caballerías y otra cosa es que llevara grano, que sí que pesa— y poner el toldo y quitarlo te supone más tiempo que el de carga y descarga cuando tienes mucho trabajo y que dar un montón de viajes. No digo nada de las luces, porque es necesario, pero meterme siete denuncias a lo pijo... Igual luego es hijo de un agricultor».