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El instituto propone que su calle lleve el nombre del primer director

Eugenio Curiel fue fusilado en la Guerra, junto a otro maestro.

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a.g. valencia | astorga
León

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Merecido homenaje. El director del Instituto de Astorga, Herminio Dios, presentó ayer en el Ayuntamiento, en su nombre y en el de todo el claustro de profesores, una petición formal solicitando a la corporación que apruebe el cambio de nombre de la calle donde se ubica el centro. Propone que la vía, actualmente calle del Instituto, pase a denominarse Eugenio Curiel y Curiel, quien fuera el primer director del Instituto de Segunda Enseñanza, el germen junto a la Escuela Elemental de Trabajo de Astorga, del actual centro de Enseñanza Secundaria de la ciudad.

Este 2015 se cumplen 80 años del primer curso, documentado en el boletín, de aquellos dos centros que con los años pasaron a denominarse Obispo Mérida y Ricardo Gullón hasta que en 1996 se fusionaron dando lugar al Instituto actual. Eugenio Curiel estaba Licenciado en Derecho y en Filosofía y fue también concejal del Ayuntamiento de Valladolid. A finales de 1936, en plena Guerra Civil, fue detenido, encarcelado y fusilado junto al profesor, Bernardo Blanco Gaztambide, quien ya cuenta con una calle en Astorga.

Revisando y documentado los 80 años del Instituto y la Escuela de Maestría, surgió la idea de poder dar el nombre de Eugenio Curiel a la calle del centro. Una tarea de investigación muy ligada a Miguel García Bañales, que ha buceado en la historia del docente. «Pensamos que darle una calle sería una buena forma de dignificar a este profesor», explicó el actual director del Instituto, que confía en que la corporación respalde la propuesta. «Queremos que sean los actuales representantes municipales los que le den el visto bueno. Esperamos que todos estén de acuerdo», argumentó.

La propuesta se dio a conocer al claustro, que manifestó su respaldo. «Nos gustaría que fuera un acto institucional, lejos de partidismos», reconoció Herminio Dios, explicando que el cambio de denominación no implicaría perjuicio alguno pues en la calle no se localizan portales de ningún inmueble, sólo la entrada al propio centro.

Resulta curioso que Curiel fue cesado como director en noviembre del 36, tras su muerte, sin embargo no fue apartado del servicio de profesor hasta casi un año después, y es que los avatares de la Guerra complicaban que la información llegara de forma fehaciente. El Instituto quiere homenajear su memoria para que siempre permanezca unida a sus orígenes académicos.