Diario de León

ASTORGA

El alma del chocolate toma cuerpo

El nuevo museo de la ciudad cuenta con seis salas y se inaugurará el día 14. Magín Rubio ha vuelto a pasear entre onzas. Su casa es ya la nueve sede del Museo del Chocolate. Allí renace el esplendor de una industria que colocó a Astorga a la cabeza. Ahora, el museo busca su hueco en Europa y seguir custodiando un legado único

La alcaldesa, Victorina Alonso, que ha puesto los esfuerzos municipales en esta obra, junto al arquitecto, Juan Múgica, y la directora del Museo del Chocolate, Elvira Casado.

La alcaldesa, Victorina Alonso, que ha puesto los esfuerzos municipales en esta obra, junto al arquitecto, Juan Múgica, y la directora del Museo del Chocolate, Elvira Casado.

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a.g. valencia | astorga
León

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El olor a nuevo se confunde aún con el del cacao. Astorga estrena Museo del Chocolate —abrirá el día 14— una meta cumplida tras cuatro años de obras y una inversión que supera los 600.000 euros. El palacete modernista donde vivió el chocolatero Magín Rubio ha recuperado su alma ligada a la onza, después de años ejerciendo como sede de una escuela taller. Un sueño largamente acariciado por el astorgano José Luis López, que fue el que sentó las bases de la colección que por primera vez se exhibió en 1994, siendo el primer museo del chocolate de España.

La vieja sede ya es parte del pasado, y ahora en el barrio de Rey también se respira de nuevo el esplendor de una época que colocó a Astorga a la cabeza de la industria chocolatera. Las nuevas instalaciones superan los mil metros cuadrados y tienen aforo para 190 visitantes. El museo dividido en dos plantas exhibe con todo lujo de detalles y una cuidada musealización lo que aquel producto, que llegó de América y fue expandido por los Arrieros, supuso para la capital maragata.

Al museo se accede desde la tienda, que recrea el ambiente de principios del siglo pasado. De ahí, espera al visitante la Cámara de las Maravillas, donde se hace un guiño a los orígenes de los museos y se expone la primera parte de la colección. La materia prima, el cacao, también tiene su hueco en la planta principal, donde comparte protagonismo con los modos de trabajar el chocolate, a brazo o a la piedra. La maquinaria y los moldes, las cartillas de racionamiento y una amplia colección de documentos siguen guiando la visita. La primera planta abre las puertas a una sala dedicada al consumo y a la publicidad y cómo ésta ha ido evolucionando. La imprenta también presume de espacio, compartiendo colorido con los cromos o los viejos envoltorios y las cajas. El colofón es la sala dedicada a los chocolateros. Y es que en Astorga en los años 20 llegó a haber 51 y en la actualidad son ocho los maestros que mantienen un oficio centenario. Debajo del museo todavía se produce chocolate de forma artesanal y se prevé incluir a la fábrica La Maragatina en la visita. Además, la sede cuenta con una biblioteca y un archivo para bucear en la historia. La musealización ha seguido unos criterios concretos, se ha logrado el diseño coherente y se busca fomentar su aspecto lúdico y dinámico. Se pretende un museo vivo, que no deje indiferente. El sábado será su inauguración. El punto de partida para saborear Astorga.

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