Gobernar al ritmo de las coplas

Un año más, las Águedas de Santa María cumplieron con la tradición, honrando a su patrona y logrando el bastón de mando por un día. Las mujeres con sus trajes regionales se reunieron en la plaza Mayor, donde al ritmo de Bañezaina bailaron en su día de fiesta. Tras la misa, las águedas subieron a la Casona, dispuestas a salir de allí con el ‘gobierno’ de la ciudad en sus manos. La tradición volvió a cumplirse, y las mujeres reclamaron al alcalde, José Miguel Palazuelo, el bastón de mando, cantando en esta ocasión por Manolo Escobar.

Al regidor se lo pusieron difícil para negarse, puesto que en las coplas entonadas por todas ya le advertían que si no entregaba el mando «le llevarían a pisar la nieve sin gorro y sin calcetines».

Palazuelo no pudo decir que no y entregó gustoso el bastón que «es del pueblo», dijo. El regidor también entonó sus ripios, como manda la costumbre, «me pedís buenas mujeres este bastón/ y no seré yo quien quite esta tradición», y les recordó a las águedas que se acordarán de él que pasada la fiesta vuelve a ser el alcalde. Palazuelo aseguró que «hoy somos todos iguales», reconociendo que las mujeres han demostrado que saben gobernar con creces. .

Antes de que el bastón de mando pasara a las manos de la Águeda Mayor de la asociación, Ángela Vega, se nombró Águeda de Honor 2015 a Pilar Rodríguez Rúa, a quien se hizo entrega de una placa y un ramo de flores. La galardonada también tuvo unas palabras para sus compañeras, destacando los 28 años de la entidad y el gusto por seguir cumpliendo con una tradición tan bañezana. Rúa también imploró a Santa Águeda por todas las mujeres, pidiendo a la patrona que las libre de enfermedades.

Ángela Vega hizo, entonces, la petición formal al alcalde y una vez con el bastón en su mano, todas las mujeres volvieron a cantar para agradecer al regidor el gesto. «Ya lo tenemos con nosotras/con agrado nos lo dio/ nosotras lo cuidaremos/ y gracias de corazón».

La fiesta continuó en la plaza Mayor donde los trajes típicos lucieron al compás de los sones de la tradición. Las águedas disfrutaron de una comida de hermandad y siguieron dando vida a esta bonita y femenina costumbre.