El fuego se convierte en ceniza, que después se esparce. Foto: Marciano.
El antruejo tomó la ciudad. Foto: Marciano.
Sembrando cernada. Foto: Marciano.
Sacos y caretas visten el antruejo. Foto: Marciano.
Los guirrios, intentando coger a las mozas. Foto: Marciano.
Golpes y cencerros para ahuyentar al mal. Foto: Marciano.
Las caretas de madera ocultan el rostro de los protagonistas. Foto: Marciano.
Los abanicos de colores y escarapelas de los madamitos, vestidos de blanco, contrastan con los personajes de saco. Foto: Marciano.
La representación de Velilla, la más numerosa, encabezó la marcha de los antruejos por las calles de León con sus guirrios y toros, sus personajes de saco y de osamentas. Foto: Marciano.