ECONOMÍA
Los trabajadores de CLC se hacen con la empresa y encuentran cliente que les garantiza trabajo un año
Ya han empezado la producción de nuevo en la factoría de Valencia de Don Juan
Pablo Vázquez muestra el interior de la fábrica
Las circunstancias de la economía actual obligan a optar por caminos que hace unos pocos años eran casi impensables. Eso es lo que le ha sucedido a la decena de trabajadores de la antigua fábrica CLC (Castellanoleonesa de Composites). Tras su cierre en el mes de diciembre pasado, han decidido hacerse cargo de la empresa. Comenzaron la producción hace unos pocos días y la próxima semana esperan sacar las primeras piezas. Un cliente alemán les garantiza trabajo para un año.
«Tenemos una ilusión loca, aunque al principio siempre hay dificultades», comenta Pablo Vázquez, director general y administrador de Demacom (Desarrollo de Materiales Compuestos), que este el nombre que ha tomado la nueva sociedad regentada por los antiguos empleados.
Vázquez explica la evolución de la factoría, que llegó a ser puntera en el sector de la fabricación de componentes para los molinos eólicos. CLC comenzó a funcionar hacia el año 2001 y entre 2007 y 2008 alcanzó los 99 empleados. Pero poco a poco fue bajando su actividad, especialmente con motivo del cambio de la legislación en materia de energías renovables y con el fin de las subvenciones al sector. Tras varios expedientes de regulación de empleo (EREs) y cambios de nombre (también se llamó Plasticur Reciclados), el pasado 20 de diciembre la fábrica cesó su actividad de forma definitiva. Tenía diez empleados.
Entonces, nueve de ellos y un socio externo, deciden hacerse cargo de la misma y crean una Sociedad Laboral Limitada que llaman Demacom. «Hemos conseguido un buen contrato de alquiler de las instalaciones y hemos comprado las máquinas a nuestros antiguos jefes, que se han portado bien en este sentido», comenta Vázquez, que reconoce que han tenido que hacer un pequeño desembolso económico.
En estos momentos la nueva Damacom ha firmado un contrato con un cliente alemán que les dará trabajo para un año.
La empresa seguirá dedicándose a lo mismo que ha hecho siempre: la fabricación de la cubierta de los aerogeneradores de los molinos eólicos a base de compuestos plásticos y fibra de vidrio.
Comenzaron la actividad productiva hace varios días y la próxima semana esperan sacar las primeras piezas.
Además, afirma orgulloso, «ya hemos contratado a nuestro primer empleado».