El oso gana terreno al asfalto

La lucha por la desfragmentación en el corredor interpoblacional del oso pardo en la Cordillera Cantábrica, para favorecer el intercambio genético y demográfico de las subpoblaciones oriental y occidental, es uno de los mayores retos de los conservacionistas para garantizar la supervivencia de la especie.

Tanto es así que la Fundación Oso Pardo, en colaboración con la Dirección General de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, ha logrado la implicación de ocho municipios leoneses (Los Barrios de Luna, Cármenes, La Pola de Gordón, Sena de Luna, Valdelugueros, Valdepiélago, Vegacervera y Villamanín) para poner en marcha el proyecto Life Desfragmentación Oso, que busca la mejora del hábitat en los llamados «puntos negros» del corredor. Así lo explico ayer en La Pola de Gordón el presidente de FOP, Guillermo Palomero, junto al director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, y al alcalde de La Pola de Gordón, Francisco Castañón.

Con un presupuesto de 1.240.000 euros se pretende llevar a cabo la plantación de cerca de 70.000 árboles de especies como el mostajo, el serbal de cazadores, cerezos, pudios, manzanos o abedules. Actualmente ya se han plantado cerca de 17.000 en montes de utilidad pública de Sena y Los Barrios de Luna, Valdelugueros y La Pola de Gordón, para lo que se ha contratado a diez trabajadores de la zona que estaban en situación de desempleo.

Pero el trabajo previo a la plantación ha requerido un importante y arduo trabajo de campo, llevado a cabo tanto por personal de la FOP como por ingenieros de la Junta con el fin de localizar los lugares más débiles y más fragmentados. «La idea es crear unos 220 bosquetes de conectividad, para que el oso se anime a pasar por esas zonas en las que hasta ahora ha tenido menos cobertura», explicó Palomero. En estos puntos además, los plantígrados podrán obtener comida a través de los frutos de los árboles plantados, lo que ayudará a que se queden a vivir en estos lugares y a procrear en ellos. «En esta zona próxima a la AP-66 tiene unas enormes potencialidades para ser un área de presencia permanente de osos y por fin tener resuelto uno de las objetivos de la recuperación del oso que es una población única distribuida por toda la Cordillera Cantábrica».

Por su parte, el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, insistió en la «buena situación» de la especie con un crecimiento constatado en los últimos años, en los que se ha pasado de las dos o tres osas con crías contabilizadas en el año 1991 a las casi 14 de las que se tuvo constancia el año pasado. Además, se ha podido demostrar que la presencia de la actividad humana es «perfectamente compatible» con la conservación del oso y también de otro tipo de especies naturales.

Arranz recordó que desde el año 1991 en que se comenzó a aplicar el Plan del Recuperación del Oso Pardo en Castilla y León, se han restaurado más de 10.000 hectáreas con plantaciones de diferentes tipos de árboles. Ahora se centrará el trabajo en la zona de la Montaña Central de la provincia de León, que se considera como la «hermana pequeña» y que se estima que tiene «gran interés» en el corredor interpoblacional, para lo que se cuenta con el «buen hacer» de los Ayuntamientos de la zona.

Castañón aseguró que ya han quedado atrás los «viejos» temores que la población podía tener respecto al oso, al que ahora mismo se ve como una «oportunidad de futuro para estas zonas hasta el punto que consideran como propio este proyecto».