Diario de León

EL CASO DEL NIÑO DE SUEROS DE CEPEDA

«El esfuerzo mereció la pena, por fin se ha hecho justicia»

Baile y paella para celebrar que Julio se queda en casa. Después de meses de lucha el Supremo falló a favor de la familia paterna

La localidad celebró con una paella de hermandad y agradecimiento por todos los apoyos

La localidad celebró con una paella de hermandad y agradecimiento por todos los apoyos

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A.G. VALENCIA | SUEROS DE CEPEDA
León

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Los meses de tristeza y lucha, que también fueron ejemplo de unidad, se tornaron ayer en felicidad. Sueros, toda la comarca de La Cepeda, vecinos de Astorga y de otras localidades del contorno se dieron cita en el pueblo de Julio para celebrar que el niño se queda en el municipio, después de que el Supremo fallara a favor de la familia paterna, revocando la sentencia de la Audiencia de Cantabria que daba la custodia a los abuelos maternos.

Atrás quedaron jornadas cargadas de lágrimas y de la pelea de todo un pueblo y una comarca para que «se hiciera justicia» y al menos se escuchara la voluntad del menor. Julio, el niño de Sueros, lleva en la localidad seis años, desde que tenía 5 y llegó después de que su madre, que cumple condena, asesinara a su padre en Mataporquera.

Todos los intentos para llevarse al muchacho, antes del dictamen del Tribunal Supremo, resultaron infructuosos, en parte por el apoyo de todos los vecinos, que cada vez que se daba la ocasión se citaban a las puertas de la casa del niño para mostrarle su apoyo. Por eso ayer, ahora que ya hay una decisión sobre la mesa, Sueros de Cepeda fue una fiesta. «Todo el esfuerzo ha merecido la pena, por fin se ha hecho justicia», señaló Juan Pedro Cabezas, un vecino que, como el resto del pueblo, ha estado desde el primer día al lado del menor. «Queremos celebrar y agradecer el respaldo de todos aquellos que nos ayudaron y que unidos podamos festejar este éxito», explicó.

Para el pueblo este es el ejemplo de que la unión hace la fuerza, e igual que estuvieron en los momentos más malos, ayer también quisieron congregarse en el bueno. «Es una fiesta por el trabajo bien hecho, por lo que creemos una causa justa que se ha logrado por medio de las buenas maneras», reconoció.

Lo que ahora espera Sueros y toda la comarca es que el menor sea feliz y esté tranquilo. «Que disfrute de la naturalidad propia de su edad», subrayó Cabezas, que recordó que fue Julio quien «pidió apoyo a sus vecinos». Un respaldo que se extendió por toda La Cepeda, que dio el salto al panorama provincial y copó espacios en el ámbito nacional.

«Vivir tranquilamente». Esto es lo que esperan todos los paisanos del niño, que compartieron mesa y mantel en una jornada donde no se borraron las sonrisas. Sueros ha sido ejemplo de unidad y sus vecinos son conscientes de toda la ayuda recibida. «Por eso queremos reconocer la labor de todos los que nos han apoyado», incidieron. Una fiesta que tuvo música, baile y una paella de hermandad para todos los que se acercaron a la localidad.

Los vecinos son conscientes de que «se ha hecho justicia», pero también saben que el niño tendrá que afrontar nuevas situaciones. Según explicaron, el menor se queda en Sueros pero ya se ha establecido un régimen de visitas para que los abuelos maternos también puedan visitar al muchacho.

Toda La Cepeda sonrió ayer, y atrás han quedado las recogidas de firmas, incluso en Madrid, las pancartas y la lucha de todo un pueblo. Sentimientos que se han tornado en felicidad absoluta. Julio se queda y Sueros respira con él.

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