Una florista en el mundial

A los 33 años Soraya Rojo, de Rosmari Floristas, el negocio que abrió su madre en Sahagún, ya ha demostrado que su formación y saber hacer le permiten afrontar retos de altura, hasta el punto de que en septiembre del año pasado se proclamó campeona de España de arte floral, lo que le dio plaza en la Copa del Mundo, que se celebra en Berlín entre el 8 y el 13 de junio.

Soraya prepara las maletas para iniciar un viaje al que se presenta con tres trabajos realizados aquí —un ramo de mano, una alegoría del muro de Berlín y otra de su personalidad— y en el que afrontará otros trabajos cuya temática y materiales conocerá en su momento. Para los trabajos ya realizados ha utilizado, por indicación de la organización, materiales nobles y biodegradables y confiesa que encontrar sustituto al plástico que retenga el agua de las composiciones ha resultado realmente complejo.

Sin embargo, se siente afortunada por la cercanía de la sede de la Copa del Mundo. «Hace cuatro años, el representante de España tuvo que enviar sus creaciones a Shangai «mucho tiempo antes y por barco». Ella, a 2.500 kilómetros de la sede de la competición, realizará el viaje en una furgoneta.

Para Soraya Rojo figurara entre los 27 floristas que participan en Berlín ya es suficiente premio. Apunta que el trabajo diario de las floristerías «nada tiene que ver» con el de los concursos. Trabajar con un cliente condiciona en cuanto a la petición, a la flor que éste elija y a su presupuesto, mientras que el arte floral se asemeja más «a la arquitectura por los colores y volúmenes».

Trabajos creativos

El negocio de Sahagún permite algunas escapadas de los cotidiano —que por habitual no tiene por qué ser peor— al mundo de la creatividad, como en el convenio que mantiene con el Ayuntamiento para la decoración del Auditorio Carmelo Gómez con motivo de actuaciones musicales, que le permite crear diferentes estructuras. «Lo hago desinteresadamente», apunta. Y, por su puesto, en las bodas que adorna consigue «que no sean clásicas. Generalmente, las clientas se fían de nosotras una vez que les presentas un boceto».

Soraya Rojo entró en el arte floral cuando consideró que había adquirido cierto nivel en diferentes cursos de formación realizados. Con ese bagaje decidió participar en la Copa de España, que se celebró en Valladolid y en el que las composiciones que ejecutaron los participantes fueron alegorías del vino —del Ribera de Duero, en concreto— y de los vientos de Castilla. En la Copa del Mundo «estamos en una dinámica distinta», dentro de un arte que transmite belleza e intensas emociones, con independencia del destino que tenga el trabajo.