El calor y la sequía hunden la cosecha de cereal de secano en el sur de León

La sequía ha provocado que las previsiones sobre el fruto de las 74.500 hectáreas de cereal de invierno se asomen al abismo de los bajos rendimientos. En el mejor de los casos, la campaña pasaría al olvido entre regular y mala e incluso podría recordarse como calamitosa, En toda caso, ya existen «zonas irrecuperables», según anunciaba ayer la Lonja Agropecuaria de León. El trigo, añadían desde este mercado, se encuentra en una situación «límite» si no llueve y se mantienen las altas temperaturas. Y lo peor es que los pronósticos contemplan algunas tormentas, sin la suficiente descarga de agua para solventar el problema.

La falta de agua y las altas temperaturas arruinan el campañón que anunciaban las buenas condiciones agronómicas que encontraron los agricultores para la siembra. Sin embargo, realizar un diagnostico generalizado resulta complejo. Así lo reconocía ayer el gerente de la Comunidad de Regantes de Los Payuelos, David Urquizu, que destaca «las diferencias que existen dentro de nuestra comunidad», con mucho terreno en secano mientras no llegue la transformación. La situación, añade, es peor cuanto más al sur se realiza el análisis.

En términos similares se expresaba el presidente provincial de Asaja y portavoz de la Lonja Agropecuaria de León, Arsenio García Vidal, que apuntó que en función de en qué municipio se pregunte se obtienen respuestas dispares: «Hay quien habla de buenos rendimientos y otros dicen que ni van a cosechar». Pese a todo, García Vidal diferencia dos zonas: al norte y al sur de Sahagún, con mejor previsión cuanto más septentrional es la ubicación de las fincas. En cualquier caso, las previsiones se sitúan entorno a los 2.500 kilos por hectárea en trigo y cebada, señala la Lonja, pero otras fuentes aportan cifras mucho más bajas.

En lo que se refiere a la cebada, la suerte está echada, con mejores resultados en la que más pronto se sembró y peor situación para la más tardía. En cuanto al trigo, García Vidal cree que aún se puede salvar la campaña «si llueve la próxima semana» y cae el termómetro. Mientras, trigos que se vieron «bien nacidos, de buen color, espesos y sin una mala hierba» van aclarando su color «día a día», apuntó.

Lo único bueno de las altas temperaturas es que frenaron el ataque inicial de roya amarilla y, posteriormente, la falta de humedad impidió que se volviera a desarrollar.

Técnicos consultados explicaron ayer que el cereal ha sufrido una situación de estrés especialmente fuerte. Muestra de ésta es que las plantas no han ahijado y sólo muestran la espiga principal. A las siembras tempranas siguió un invierno bueno, sin excesiva humedad. Pero en muchas parcelas se sembraron más plantas por hectáreas ante los buenos rendimientos logrados hace dos años. En esa situación se llega a la aplicación de los abonos nitrogenados, que precisan una mayor cantidad de agua. Sin embargo, tras el abonado no ha llovido, ahogando a la planta el nitrógeno y motivando en muchos casos que más plantas compitieran por el agua. Coincide que es en el sur donde antes se sembró y donde los terrenos, más pobres —más arenosos—, retienen menos agua y se abonan más.

El temor a la mala cosecha y los mercados internacionales empujaron los precios de los cereales al alza ayer en la Lonja de León. Trigo para pienso, cebada, centeno y Avena subieron tres euros, para cotizar a 176 euros por tonelada los dos primeros, a 162 el centeno y 183 la avena, mientras que el maíz pasó de 163 a 165 euros por tonelada.