Diario de León

CAMPO

La aplicación de la reforma PAC no cambia el paisaje agrario leonés

Sólo el incremento de las superficies de girasol y alubia se debe a las exigencias de la Unión Europea

Campo de girasoles en la provincia de León

Campo de girasoles en la provincia de León

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A. DOMINGO | REDACCIÓN
León

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La reforma de la Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2014-2020 no ha cambiado de forma sustancial el paisaje agrario en la provincia en su primera campaña de aplicación —el año pasado las ayudas aún se rigieron por los requisitos del periodo anterior—, pese a los requisitos medioambientales que plantea a los productores.

Al menos es lo que se desprende de comparar las superficies de siembra declaradas en las solicitudes de ayuda de la PAC del 2015, facilitadas por la lonja Agropecuaria de León, con las que se sembraron en la campaña precedente, si bien se puede apuntar que el maíz pierde terreno y que tan sólo dos cultivos, el girasol y la alubia, ganan en superficie a consecuencia del pago verde —también conocido como greenning—. Aun teniendo en cuenta que los datos obtenidos de las declaraciones tienen carácter provisionales y diferirán con respecto a los que se puedan obtener ya en diciembre, sirven, sin embargo, como boceto muy aproximado a lo que será el año agrícola.

El maíz había marcado dos récords consecutivos de superficie en las dos siembras anteriores y este año se queda en 68.342 hectáreas, frente a las 70.650 del anterior, que servirán para que León continúe como la provincia con mayor extensión del cultivo en el país. Sin embargo, la caída, de 1.960 hectáreas, supone un retroceso del 2,77% en términos relativos. En el maíz forrajero, las 44 hectáreas de menos (,-1,14%) que se desprenden de las declaraciones presentadas son testimoniales.

En cuanto al resto de los cereales, retroceden el trigo y la cebada, mientras que suben el centeno y la avena, en especial esta última, con 3.254 hectáreas más y un incremento porcentual de su superficie del 33,26%. El comportamiento de los precios, mejor en la avena, puede ser una de las razones del incremento, si bien es verdad que el retraso de la cosecha de maíz puede haber restado siembras de trigo en parcelas de regadío, señaló la Lonja.

Sí responden a las nuevas prácticas agronómicas que impone Europa las 2.068 hectáreas que crece el girasol. Pasa de 6.328 a 8.396 hectáreas —casi se distribuye por igual entre el secano y el regadío—, lo que supone ganar un 32,7% con respecto al año anterior. La siembra de girasol de alto contenido oléico es una de las apuestas de la Administración autonómica como cultivo alternativo, dada la importante demanda de la industria agroalimentaria. La nueva normativa de etiquetado da al consumidor información sobre el tipo de aceite utilizado en la elaboración de determinados productos y, por tanto, se está sustituyendo el aceite de palma, con una alta concentración de grasas saturadas, por el de girasol. Tal ha sido la demanda que las semillas de alto oléico se han agotado este año en España.

La alubia, como planta que ayuda a fijar nitrógeno en el suelo, experimenta un importante crecimiento por segundo año consecutivo y pese a que las lluvias en tiempo de recolección estropeó la producción de las dos últimas campañas. El total que ocupa esta legumbre pasa de las 2.440 hectáreas que se sembraron el año pasado —ya entonces subía un 38%— a las 3.298 que aparecen en las declaraciones de la PAC de este año. 858 hectáreas más que suponen un tirón del 35%. Aún lejos de las fincas que llegó a ocupar e la provincia, el conocimiento que los agricultores tienen de ésta le convierten en una buena alternativa ante las exigencias de la nueva PAC.

Un golpe de raíz

El palo, y fuerte, en superficies declaradas lo pega la remolacha azucarera. Cuando se daba por hecho que las siembras llegaban a 6.000 hectáreas en la provincia, con una importante reducción del cultivo propio de la industria que habrían ganado los cultivadores, resulta que las declaraciones suman 5.650 hectáreas. El problema reside en que baja 250 hectáreas con respecto a las 5.961 de la última campaña, con lo que ya no es sólo que la industria esperase el mayor crecimiento del cultivo en la fábrica de La Bañeza, sino que el cultivo baja pese a que el precio medio puede situarse incluso dos euros más alto para la raíz que se entregue este otoño-invierno gracias al Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), firmado en diciembre. Esto sucede en un año bueno para sembrar y en el que el cultivo se encuentra en unas condiciones muy buenas de desarrollo.

Será importante que se confirme el dato ante la ante la necesidad de que la factoría leonesa reciba un millón de toneladas de remolacha para alcanzar la rentabilidad en el mercado sin cuotas en 2017, por lo que la siembra del año que viene será fundamental para tomar el pulso del futuro del cultivo en León.

La veza consigue un incremento de 4.170 hectáreas, cerca de un 56% más, que le sitúa en 11.640 hectáreas, impulsada por la buena cosecha y las salidas del forraje. La demanda y los buenos precios empujan también a otro forraje, apunta el mercado agropecuario leonés: la alfalfa, que se extiende en 10.838 hectáreas, 1.213 por encima del último registro —el 12,60% más—. Se ve superada en extensión por la veza.

Otro incremento espectacular es el de la colza, que crece cerca del 70%, si bien es cierto que es normal que en un cultivo con tan poca extensión, el incremento en términos relativo resulte abultado. Así, al incorporar 511 hectáreas si sitúa este año en 1.234 de siembra. Su destino, la fabricación de aceite para consumo humano. El agricultor leonés prueba ahora si esta oleaginosa es una alternativa viable de cultivo, apunta la Lonja Agropecuaria.

Descenso abultado

Pero si hay una siembra que descoloca por incremento en términos relativos es el triticale. El híbrido de trigo y centeno —que pasa inadvertido en el campo leonés— sube un peldaño de nada más y nada menos que un 163%: De 878 hectáreas el año pasado a las 2.314 declaradas.

Y en cuanto a caídas importante, la de los altramuces, del 69%, con 525 hectáreas frente a las 1.702 de la campaña anterior. El retroceso del guisante también es considerable (-36,5%).

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