Aventura garantizada para todos los públicos

El itinerario sobre el que se asentará la Vía Ferrata del Cares no está diseñado al azar. Los vecinos de Caín instalaron hace muchos años unas estructuras metálicas para subir ganado por la canalona de Dobresengos mediante un sistema rudimentario de polea. Hace pocos años se instaló además un cable fijo para asegurar el paso desde Jou de los Boches hasta el collado de Horcados Rojos. Pese a que esta instalación en principio era de uso doméstico, se planteó la posibilidad de su explotación comercial y turística dado el enorme potencial paisajístico de este enclave.

Por este motivo, el itinerario se ha adaptado a diferentes niveles de dificultad para que resulte apto y atractivo tanto para público inexperto como para profesionales. «Es para todo el mundo, por lo que no requiere de ningún tipo de especialización ya que de lo que se trata es de atraer a un turismo familiar», explica Mariano Torre. Las instalaciones tienen un alto componente aventurero, pero con la garantía de contar con sistemas de seguridad apropiados y revisados periódicamente.

Este proyecto, que echará a andar previsiblemente el próximo mes de octubre, cuenta con una puerta de acceso en Cordiñanes, un impresionante puente tibetano sobre el río Cares de 35 metros de longitud y con una altura de 30 metros, la vía ferrata de 800 metros sobre terreno de roca vertical y que transcurre alrededor de la localidad, pasamanos, que protege las zonas más expuestas, dos escapatorias de 150 metros cada una para abandonar la ruta en caso de cansancio o accidente, señalización de accesos y un panel informativo. Además dispone de una zona de escalada para practicar y realizar cursos y en la que se planea la ubicación a corto plazo de una escuela especializada.